Jon Rahm ha tenido en el Sentry Tournament of Champions una de las peores semanas de putt que se le recuerdan. Los greenes del Plantation Course de Kapalua se le rebelaron. No es que tirara malos putts, no es una cuestión técnica, simplemente fue una de esas semanas en las que ya sea por el pelo de la hierba, la velocidad de la superficie, el viento o los pequeños detalles que siempre entran en juego para que un putt acabe dentro del agujero, se pusieron en su contra.
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Sólo había que mirar la expresión de Rahm en su cara al salir del hoyo 18 el domingo para saber que las sensaciones había sido horribles. Diecisiete pares y un birdie para uno de los jugadores que más aciertos promedia en el Tour es para tirarse de los pelos. La temporada pasada, sin ir más lejos, hizo 4,35 birdies por vuelta, sólo superado por Justin Thomas, Rory McIlroy, Aaron Wise, Patrick Cantlay y Gary Woodland.
No obstante, más allá de estas cuestiones generales, los datos del Sentry Tournament of Champions confirman que ha sido una de sus peores semanas en el PGA Tour con el putt, lo que le confiere aún más mérito a su top ten. De hecho, no metía menos metros de putt en un torneo (completadas las cuatro rondas) desde el THE PLAYERS Championship del año pasado. En Hawái han sido 80 metros de putt en 18 hoyos, puesto 30º en un field de 34, a años luz, por ejemplo, de los 128 metros de putt embocados por Dustin Johnson (récord de su carrera). En Sawgrass, Jon dejó la cifra en 68 metros. En este punto, conviene puntualizar que son estadísticas sacadas de los torneos regulares del PGA Tour. Quedan fuera los Grandes, el WGC Match Play y el Hero World Challenge.
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Su rendimiento en los greenes ha sido, por tanto, la clave fundamental por la que no ha estado en la pelea por la victoria hasta el final, aunque no ha sido lo único. Su media de proximidad al hoyo tampoco fue buena. En este apartado ocupó el puesto 22º en el torneo con una distancia de 14 metros de media. En este sentido, hay que decir que, entre los torneos que recoge estadísticas el PGA Tour, en todo el año pasado no tuvo un registro tan elevado. De hecho, el año pasado en Hawái fue el tercero mejor del torneo con una media de proximidad al hoyo de diez metros. La noche y el día.
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En cualquier caso, hay que calificarlo como una mala semana en los greenes, sin más. De hecho, los putts no estuvieron mal tirados. Muchos rozaron el hoyo y fueron incontables las ocasiones en las que la bola acabó asomada al agujero sin terminar de caer.
