Se habían conocido hace un par de semanas, charlaron, intercambiaron teléfonos, se gustaron a primera vista y decidieron darse una oportunidad. Aquello tenía buena pinta, pero claro apenas había sido un primer escarceo amistoso, sin demasiada enjundia. Hoy han tenido la primera cita seria, para conocerse mejor, para saber si hay conexión suficiente como para volverse a ver, como para apostar por esta relación. Había nervios, cómo no, incertidumbre, pero al mismo tiempo mucha convicción. Jon Rahm estaba seguro de que podía salir bien… y así ha sido. El de Barrika se ha quedado con ganas de más.
Del mejor golpe de Jon al que le gustaría poder borrar
Hablamos del nuevo putter de Jon, claro, y la cita ha tenido lugar en Muirfield Village, santuario de Jack Nicklaus, durante la primera jornada del Memorial Tournament. Las conclusiones son muy positivas. Jon Rahm ha hecho 69 golpes, tres bajo par, pero la sensación va mucho más allá del resultado. Cierto es que el golfista vizcaíno ha metido putts muy importantes, ha vuelto a sentir esa agradable sensación de meter un putt de siete metros y medio (hoyo 12), una rara avis desde hace muchas semanas en las vueltas de Jon.
Collin Morikawa es el primer líder en el Memorial
También ha conseguido embocar dos de las tres oportunidades que ha tenido de entre dos y medio y tres metros, esa distancia crítica donde el Número Tres del mundo sentía que había perdido cierto instinto asesino. Ha metido una para par, en el hoyo 4, y otro para birdie en el 17. Son putts cruciales que te permiten mantenerte en la pelea por la cabeza.
Podcast: Todas las aristas del debate más caliente del European Tour
Hasta aquí los números. Son buenos, aunque no parezcan suficientes como para montar una fiesta. Sí lo son sus sensaciones, su actitud, su manera de tirar los putts. Hoy, después de mucho tiempo, se ha visto a un Jon que se lo ha pasado bien en los greenes, que ha disfrutado del reto de meter putts consciente de que podía hacerlo. Atrás queda una versión más temerosa, desconfiada, timorata. En las últimas semanas, Jon se ponía encima de la bola en los greenes y transmitía cierta inseguridad, ansiedad y desconfianza. Hoy no. Hoy ha transmitido alegría, confianza y convicción. Este es el cambio más importante. Por esto se han ganado unas cuantas citas más. Seguramente, esta misma vuelta hace dos semanas habría sido de par o +1. Por eso hay que estar contentos. Está naciendo algo…
Jon Rahm quiere saldar este año la cuenta pendiente con Nicklaus
En cuanto a su juego largo, Jon ha tenido de todo. Ha pegado golpes muy buenos y otros no tan buenos. Ha soltado algunos hierros espectaculares y ha sufrido con algunas banderas a la izquierda. Ha recuperado de cine desde el búnker, cursillo acelerado de cómo sacar desde la arena con un cuatro de cuatro sensacional, pero no ha estado tan fino con algún chip desde la hierba segada al ras. Le ha costado pegar buenos golpes después de la suspensión de dos horas del juego por tormenta eléctrica. Le quedaban tres hoyos y ha hecho tres pares que saben a gloria, ya que no ha cogido una calle en ese tramo y sólo un green… muy lejos de la bandera eso sí, aunque a punto ha estado de meter el putt del día en Ohio con la ayuda de su nuevo amigo. Ha sido en el hoyo 9 para cerrar su vuelta.
Jon Rahm estrena un nuevo putter en busca de ‘aquellas viejas’ sensaciones
Rahm (-3) se encuentra a tres golpes del primer líder, su compañero de partido Collin Morikawa (-6). Lo cierto es que la puesta en escena de los dos jugadores que ganaron el año pasado en Muirfield (Workday, Morikawa y Memorial, Rahm) no ha estad nada mal. A un golpe de Morikawa está Adam Long y a dos se han colocado Rafa Cabrera Bello, Bo Hoag, Nick Taylor y Xander Schauffele.
Jon Rahm le saca brillo rápido a su nuevo putter en el Memorial (VÍDEO)
El juego se suspendió de manera definitiva poco después de las doce y media de la noche, hora peninsular española. Estaba todo el turno de tarde aún en el campo. Los mejores resultados eran los -2 de Bryson DeChambeau, Marc Leishman y Vaughn Taylor. Jordan Spieth o Patrick Cantlay marchaban con uno bajo par después de tres hoyos, por lo que este viernes, si no hay suspensiones, tendrán que jugar casi 36 hoyos.
