“Creo que, de la manera que está el campo y con el cambio que viene de condiciones, a lo mejor si terminas con dos dígitos por debajo del par puedes tener una buena oportunidad”. Lo dice Rory McIlroy. Y no olvidemos que el líder del Arnold Palmer Invitational después de dos jornadas, Corey Conners, está con un acumulado de -9, muy cerquita de esos dos dígitos por debajo del par, así que se avecina un fin de semana tan duro como apasionante, según las previsiones del norirlandés.
No todos los días puede uno fijarse en el puesto 38º…
Y es lógico, puesto que el parte meteorológico del fin de semana viene movidito. Muestra para hoy, sábado, un claro incremento de la fuerza del viento respecto a días pasados, con rachas que incluso superen los veinte kilómetros por hora. De acuerdo, tampoco se trata de ningún huracán, pero el mayor problema es que estos vientos vienen acompañados de lluvias persistentes y, por momentos, bastante fuertes. Además, la intensidad del viento, según el parte, irá claramente en aumento el domingo, donde ya se pueden alcanzar rachas que lleguen incluso a los 40 kilómetros por hora. “Parece que vamos a tener viento de entre 10 y 20 millas por hora el sábado y luego, el domingo, rachas que pueden llegar a las 30 millas por hora, así que va a ser difícil coger calles, lo que significa que después tendrás problemas para cazar los greenes”, señalaba ayer Jordan Spieth.
Anda que Rory no sabía cuál era el modelo a seguir en Bay Hill…
La cuestión es si realmente acertará de pleno el parte meteorológico. Sobre todo hoy, que es cuando se espera el agua. Por ejemplo, si no llueve tanto como se espera, sobre todo a partir del mediodía, cuando empiecen a salir los diez últimos partidos (el partido estelar, Conners-Laird, lo hará a las 13,45 locales, 19,45 en la península), entonces los jugadores, incluso, pueden sacar alguna ventaja de unos greenes que ya se estaban poniendo muy firmes y que estarían en este caso más receptivos. Otra cosa sería que en efecto llueva mucho y con insistencia, y además sople el viento, tal y como parece que va a ocurrir. Veremos. Martin Laird cree que en cualquier caso, por un lado o por otro, seguirá siendo duro. “El campo se estaba poniendo firme y rápido, así que eso puede cambiar si el día es muy húmedo, pero seguirá siendo muy duro con las nuevas condiciones”. Viktor Hovland no se asusta (“crecí en un lugar donde el mal tiempo era común”, señala), pero cree que con el parte que viene “el campo puede llegar a jugarse aún más duro de lo que está”.
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Hay una particularidad muy interesante que todavía puede echar más leña al fuego. Hoy sábado se esperan unas primeras horas de juego mucho más tranquilas (entre las 7 y las 12 de la mañana), con menos viento y sin apenas agua, así que algún iluminado de los primeros partidos (Hatton, por ejemplo, sale a jugar a las 9,15) quizá pudiera firmar la tarjeta del día y meterse en la pomada de cara al domingo…
