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Bryson DeChambeau explica lo que debe suceder para tirar de uno en el hoyo 6

Anda que Rory no sabía cuál era el modelo a seguir en Bay Hill…

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Rory McIlroy. (Photo by Sam Greenwood/Getty Images)

Rory McIlroy no se ha caído de un guindo, no. El norirlandés, co-líder junto a Corey Conners del Arnold Palmer Invitational después de la primera ronda, desveló ayer cuál es su modelo a seguir cuando diseña la estrategia de ataque en Bay Hill. «La idea es jugar de manera conservadora y tratar de aprovechar los pares 5. He visto durante muchos años a Tiger Woods jugar aquí y se trata de hacer lo mismo. Defensivo en general y sacar rendimiento a los pares 5. Eso debe ser suficiente para ganar. Esa es mi hoja de ruta», asegura.

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No parece una mala idea copiar el manual de alguien que ha ganado en Bay Hill en ocho ocasiones. De hecho, a Rory ya le ha dado para ganar aquí en 2018 y, además, tiene otros grandes resultados. Es el séptimo año consecutivo que juega el torneo y su peor resultado ha sido un 27º. También tiene un undécimo, cuarto, sexto, quinto y primero en el citado 2018. No son los números de Woods, ni se acercan, pero no están nada mal.

– Que McIlroy empiece líder un torneo no es sinónimo de semana grande para Rory. Al menos, eso dice la historia. De las quince veces que ha empezado como líder un torneo en el PGA Tour sólo ha ganado en tres ocasiones. Por cierto, el norirlandés tiene el drive más largo de la primera jornada: 354 yardas en el hoyo 9. «Pegar largo es una ventaja en este campo. He visto muchas cosas positivas en la primera jornada, sobre todo por el rendimiento en los pares 3. La semana pasada me fueron mal y hoy he hecho tres bajo par. Me quedo con los dos hierros 5 en los hoyos 14 y 17. Me obligaba a pegar un draw luchando contra el viento y han sido perfectos. La semana pasada los habría fallado 20 yardas a la izquierda. Es un paso adelante», asegura.

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– En Bay Hill no gana un jugador estadounidense desde 2015. Una pequeña maldición. Decimos pequeña porque las cuatro ediciones anteriores a 2015 sí se quedaron en USA. Parece que este año ha empezado en la misma dinámica de los últimos años… Entre los 14 primeros clasificados sólo hay cuatro americanos.

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Bryson DeChambeau provocó una pequeña decepción ayer cuando no tiró a green en el hoyo 6 de Bay Hill, par 5, ya saben un pronunciado dog leg de derecha a izquierda. Una media luna. DeChambeau explicó sus razones. «Tenía el viento en contra y de la derecha y era imposible llegar. Esta semana tengo una cabeza del driver algo más pesada y no la puedo mover a tanta velocidad como la otra. Hago menos distancia, pero voy más recto. Si tuviera la cabeza anterior, más ligera, sí podría haber tirado, pero con esta en estas condiciones no llego. Lo intentaré esta semana con la cabeza más pesada si tengo diez millas de viento a favor», asegura. Por si alguien cree que no lo tiene todo completamente calculado. Por cierto, no tiró a green, pero sí dio espectáculo. «Noté que había mucha expectación cuando llegué al green, fue divertido. Por eso saqué al principio el hierro de la bolsa y fue graciosa la reacción del público», cuenta entre risas.

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Jordan Spieth puede dar fe de los planes de DeChambeau. «Lo escuché hablar con Tim (Tucker, su caddie) y le dijo que si tienen 10 millas de viento a favor lo van a intentar. Es divertido. He leído que mañana hay viento del noroeste. Si se confirma igual puede intentarlo. Yo no llego ni a 330 yardas…», señaló. Del mismo modo, McIlroy confirmó que en ningún caso lo intentará. «Yo no muevo el palo a 200 millas por hora y estoy suficientemente satisfecho con pegar un hierro 7 de segundo», apunta. Una última aclaración de DeChambeau: «si tengo viento a favor tiraré a green aunque no necesariamente con esa línea, igual apunto 20 o 20 yardas a la derecha, al búnker de green. Ese es un buen sitio», matiza.

Conners, otro de los que hacen cola para dar el gran salto

Corey Conners arrancó el torneo como una moto. En los primeros siete hoyos se puso seis bajo par, aunque asegura que nunca llegó a pensar en la posibilidad de hacer 59 golpes porque sabe que Bay Hill es un campo muy complicado. Eso sí, confesó que ya ha estado cerca de hacerlo en alguna ocasión. Firmó 60 golpes en el Dye Preserve, su campo habitual de entrenamiento. Tiene clara la clave para seguir jugando bien hoy: «mantener el mismo tempo en mi swing».

Viktor Hovland desveló ayer cuál es el principal progreso que ha llevado a cabo en su swing desde que trabaja con Jeff Smith. «Llevamos seis meses juntos y lo mejor es que ahora entiendo lo que hago cuando le pego bien y cuando fallo… Desde un punto de vista más técnico el principal avance es que me balanceo menos encima de la bola al hacer el swing».

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