Le preguntaban a Jon Rahm (-7), nada más terminar la primera ronda del Arnold Palmer Invitational como líder en solitario tras firmar un hermosísimo 65, si aspiraba a acercarse a los récords de algunos jugadores legendarios, tales como el propio Arnold Palmer, Jack Nicklaus o Tiger Woods… Ni más, ni menos.
Sonreía el español y contestaba: “Vayamos día a día” (traducción libre, aunque muy aproximada).
Y eso es exactamente lo que está haciendo. Escribir su propia leyenda día a día. Por ejemplo, en esta primera jornada en Bay Hill. No hay modo de que el ‘morrosko’ deje de apretar la soga al cuello del aspirante que tenga la osadía de cruzarse en su camino. Para ganarle hay que sudar tinta china, y son pocos los que en cada ronda de golf lo consiguen. Los demás, van y vienen; Rahm, permanece.
Llegará el día en el que no le alcance para aspirar a un nuevo triunfo. Puede que ocurra mañana o esta misma semana; quizá la siguiente. Llegará ese día, sin duda, pero de momento no llega. Y son ya unas cuantas escaramuzas (vueltas de golf) y batallas (torneos) las que viene librando con éxito el Número Uno del mundo desde que arrancara el año 2023. Si va fino, olvídate, no hay galgo que pueda darle alcance. Y si el asunto se le embarulla un poco (o un mucho), se las arregla para no quedarse fuera de juego.
Hoy, en Bay Hill, iba muy fino en el arranque de la vuelta. De tiralíneas. Calle, green y birdie. Así, hasta en tres ocasiones consecutivas. Luego, es cierto, se embarullaba un poquito, pero a las malas minimizaba los errores, aunque le cayese un bogey en el 8 tras fallar la salida y quedarse bloqueado detrás de un árbol.
Y seguía liándose un poco, alternando opciones razonables de birdie con algunos errores … En el 9, por ejemplo, pegaba un segundo disparo mayúsculo desde un bunker de calle. En el 10 salvaba un gran par, enchufando un putt de unos tres metros, tras errar de nuevo la calle. Una nueva recuperación en el 14, par 3, desde la arena…
Y de esta guisa se plantaba en el tee del 15. Y desde allí fallaba de nuevo la calle. Y volvía a quedarse bloqueado. Y después, tras sacarla al fairway, se dejaba un putt de par de más de diez metros. Tocaba apechugar, no complicarse la vida, firmar el bogey y salir de allí a paso ligero. Sin embargo, Jon tiraba un putt valiente y certero y embocaba por todo el centro. Esta campanada sonaba aún más fuerte que el repiqueo de su imperial arranque, con aquellos tres birdies en cadena…
Desde ese punto, en adelante, Rahmbo desencadenado: a un eagle poderosísimo en el 16 (gran salida, notable segundo tiro desde unos 190 metros y sutil putt adentro desde unos siete metros) seguía un tirazo en el siempre delicado hoyo 17 de Bay Hill, par 3, donde se dejaba el birdie casi dado, para rematar la faena con otro birdie de manual en el 18, así, ‘sencillito’, y reventar la tabla con un parcial de cuatro menos por los últimos tres hoyos.
El viento ha soplado ligeramente más por la tarde, lo que da aún más crédito al registro del de Barrika, que mañana sale a jugar a las 7,38 de la mañana (horario local; 13,38 en el horario peninsular español), ya veremos en qué condiciones, porque en principio va a soplar mucho más todo el día, pero sobre todo por la tarde.
Los demás, decíamos, van y vienen: Rory McIlroy (+1), sin ir más lejos, más que venir, hoy se ha ido, un poco en la línea de lo que le viene sucediendo al otro lado del Atlántico, desde que ganara en enero en Dubai. Otros como Scottie Scheffler (-4), Cameron Young (-5), Xander Schauffele (-4), Patrick Cantlay (-4), Jordan Spieth (-4) o Rickie Fowler (-4) sí que se han plantado ahí arriba, dispuestos a dar la réplica adecuada al actual gran dominador del golf mundial. Veremos cuántos quedan en pie en los últimos nueve del domingo.
