Al australiano Lucas Herbert (-9) tal vez le llegó demasiado pronto el éxito en Estados Unidos. En su tercer torneo como miembro del PGA Tour logró su primera victoria, en el Butterfield Bermuda Championship de 2021, y de repente se encontró jugando los torneos más importantes, en los campos de mayor prestigio y ante los mejores jugadores. Sentía que era su sitio, pero los resultados no parecían demostrarlo. Así que no tardó en ‘cansarse’.
Este año, tras fallar el corte en el Open Championship, el sexto fin de semana que se quedaba fuera en sus últimas once apariciones, decidió tomarse un descanso. Estaba fuera de los 100 primeros de la FedEx Cup y sus opciones de meterse en los playoffs eran remotas. Pero no solo por la frialdad de los números, tras un año de malos resultados en la gira (en el DP sí logró ganar el ISPS Handa), sino sobre todo por su estado mental. Necesitaba alejarse del juego y recuperar la ilusión.
«Me había convertido en una persona amargada y rencorosa. Estaba muy tenso y arremetía contra los que me rodean con demasiada facilidad», confiesa. Ahora, después de siete semanas de desconexión y más de un mes sin tocar los palos ni prácticamente ver golf por televisión (sólo el hoyo de desempate entre Lucas Glover y Patrick Cantlay en el FedEx St. Jude Championship y los últimos hoyos de la victoria de Viktor Hovland en el TOUR Championship), ha recuperado el impulso.
Six straight birdies 🤯@LHGolf5 is 9-under heading to the last @FortinetChamp. pic.twitter.com/HrQfgpYzzh
— PGA TOUR (@PGATOUR) September 14, 2023
Este jueves regresó a la competición con una sensacional ronda de 63 golpes en el Fortinet Championship para situarse líder en solitario con dos golpes de ventaja sobre S.H. Kim (-7). Fue una vuelta que probablemente habría sido incapaz de completar hace un par de meses. En especial por su juego en los greenes, embocando casi 44 metros de putts y cerrando su jueves con siete birdies en sus últimos nueve hoyos, con un solo bogey.
«Cuando los resultados no te acompañan, te pones cada vez más presión sobre ti mismo y puedes terminar cayendo por una pendiente resbaladiza. No es sencillo tomarse tiempo libre a mitad de temporada. Si me dicen que me pierda el Memorial nunca lo haría, es un evento increíble, pero la verdad es que era lo que necesitaba. Llegué a un punto en el que tuve que hacerlo», confiesa el australiano.
Sus semanas de desconexión, pasando tiempo con la familia de su novia en Maine, a los que apenas conocía, le sirvieron para recuperar viejas aficiones como tocar la guitarra. También aprovechó para hacer algunos proyectos en la nueva casa que se compró en Orlando en marzo. «Pasé algún tiempo rodeado de gente para la que yo no era el centro de atención durante todo el día. Pude participar en el día a día de otras personas, algo que los golfistas difícilmente podemos hacer».
Con su exención de ganador de torneo hasta la próxima temporada, no siente la presión adicional de conservar la tarjeta. Así que su objetivo es volver a ganar y poder estar en los eventos designados del próximo año. Arranca este calendario otoñal con trabajo por delante para conseguirlo, desde el puesto 153º de la FedEx Cup. Pero el comienzo no puede ser mejor. «Venir aquí y ser mejor persona con la gente que me rodea era lo que me importaba esta semana. Está muy bien el 63, pero haré todo lo posible por salir mañana con la misma actitud que hoy, ese es mi objetivo para esta semana», dijo tras su ronda.
Buena puesta en escena de Justin Thomas
Su desconexión parece haberle servido al bueno de Herbert, algo que busca también el jugador en el que están puestas todas las miradas esta semana en el Silverado Resort de Napa: Justin Thomas (-3). Después de perderse los playoffs de la FedEx Cup después de muchos años, el de Kentucky vuelve mes y medio después a la competición con el objetivo de mejorar su situación clasificatoria y, sobre todo, sacarle partido a un reseteo mental y unos cambios en su juego implantados durante el verano para llegar a punto a la Ryder Cup de Roma.
Después de arrancar el año como número 8 del ranking mundial, JT ha ido cayendo poco a poco hasta la 23ª posición actual, alejado de los buenos resultados. Tal vez, como Herbert, encuentre esta semana en California la inspiración para empezar a ser de nuevo el que era hace pocos meses. Hoy, por lo pronto, con 69 golpes, cuatro birdies y un solo bogey, ha dado un pequeño paso adelante, situándose en el top 20 de la clasificación empatado precisamente con quien será su capitán en el Marco Simone a finales de mes, Zach Johnson (-3).
Para un jugador acostumbrado a ganar como Thomas, tres top 10 y seis cortes fallados es un bagaje ‘pobre’ en 2023. Algo que trata de remediar tras el necesario descanso físico y mental del que ha disfrutado desde el Wyndham, su último torneo hasta este Fortinet, y con el empuje que supuso para él ser uno de los elegidos para completar el equipo estadounidense de la Ryder Cup. Una confianza que espera devolverle al capitán, para lo que puede encontrar en Herbert una inspiración.
