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Hideki Matsuyama es el líder tras la primera jornada del BMW Championship

Olympia Fields no hace prisioneros y nos brinda un US Open de manual

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Hideki Matsuyama. © Golffile | Fran Caffrey
Hideki Matsuyama. © Golffile | Fran Caffrey

El recorrido Norte del Olympia Fields Country Club ha sido el gran protagonista en el arranque del BMW Championship, segundo playoff de la Fedex Cup. Y va a seguir siéndolo. Está de órdago: el rough penaliza mucho, los greenes están duros de verdad. Y muy rápidos. Incluso aquellos que ponen la bola en las nubes no siempre son capaces de pararla en el tapete, así que dejarla cerca del hoyo es tarea ardua y, cuando se falla el green, las recuperaciones son muy delicadas en gran parte de los casos. Además, el viento también ha hecho acto de presencia, complicando los disparos y poniendo los greenes aún más vertiginosos. ¿Una preparación de campo al modo de un Grande? Habría que ir un poco más allá, porque en el recorrido de Illinois ha flotado en el ambiente algo más que un sutil aroma a US Open

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El líder es Hideki Matsuyama (-3) tras firmar una milagrosa vuelta de 67 golpes, teniendo en cuenta que apenas tres jugadores han finalizado por debajo del par. Los otros dos iluminados: Tyler Duncan (-2) y Mackenzie Hughes (-1). Nadie más. Y el registro de PAR se ha instalado cómodamente en cuarta posición. Hasta diez jugadores han firmado unas valiosísimas tablas con el campo, y entre ellos hay que destacar a Rory McIlroy, que parece desperezarse en un buen momento. Pues eso: puros datos de US Open a la vieja usanza.

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Duncan ha hecho lo que mejor sabe hacer para entregar un 68, que es hartarse de coger calles. Es imprescindible esta semana para asomar la cabeza. Lo anormal será que Matsuyama, o quien sea, consiga jugar tres por debajo del par habiendo cogido sólo seis calles, que son las que ha sumado el nipón. De locos. Pero claro, hay otras maneras de hacer resultado, incluso en estas condiciones. Por ejemplo, pegando muy buenos tiros cuando uno está en el fairway, e incluso desde el rough, para lo cual hay que aliarse de algún modo con el azar. O si no, embocando un puro de birdie de más de seis metros y otro más, para acabar, de casi veinte… Así, todo es más sencillo, ¿verdad Hideki? Pero no siempre se puede contar con semejantes bonus. Matsuyama, además, también ha enchufado sendos putts de dos metros y medio para salvar pares muy importantes. Digamos que, incluso a pesar de haber hecho tres bogeys, hoy le ha salido todo rodado, porque casi no hace falta señalar que nadie se ha ido al hotel sin algún borrón en la tarjeta. Es más, todos han hecho al menos dos, salvo el citado Duncan. Duro, duro de verdad.

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Es curioso. Ninguno de los diez primeros clasificados de la Fedex ha conseguido ganar al campo o empatar, aunque el mejor de todos ellos ha sido el número uno, Dustin Johnson (+1), con una más que notable tarjeta de 71 golpes. Tiger (+3), se marchaba frustrado, igual que Thomas (+3), Rahm (+5) o Morikawa (+6). El joven y flamante ganador del PGA se había subido al tee del hoyo 5 con un parcial de -2 y en lo más alto de la tabla, pero su parcial en los últimos catorce hoyos era de +8…

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En fin, que la media de golpes se ha ido casi hasta los 73 en este par 70, así que vamos a ver cómo acaba esto el domingo. Las previsiones meteorológicas hablan de bastante inestabilidad. Caerán rayos y agua en los próximos días y habrá que analizar cómo afecta al campo. En principio, la lluvia pondría los greenes algo más blandos, circunstancia que agradecerían los jugadores, pero también más pesado el rough, lo que puede ser un infierno para los que anden desafinados desde el tee.

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Sea como sea, el torneo es de una belleza épica incomparable. En una semana sin corte, nadie está todavía legitimado para arrojar la toalla, ni siquiera Marc Leishman con su 80 a cuestas, porque las idas y venidas de unos y otros pueden ser escandalosas. Es cierto que los jugadores no pasan precisamente un buen rato en el campo, pero las imágenes rezuman drama, tensión e incertidumbre, y estos ingredientes suelen formar parte de los grandes espectáculos deportivos. La exigencia es máxima casi en cada golpe y no cabe duda de que esta semana ganará, de entre los más finos, aquel que además arme una mandíbula de acero, el mejor encajador. US Open de manual.

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