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THE CJ CUP | RAS DE HIERBA DE LA PRIMERA JORNADA

Qué bonito e interesante ese sábado ventoso en el Congaree…

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Shane Lowry quiere que sople fuerte esta semana en Carolina del Sur. © Golffile | Eoin Clarke
Shane Lowry quiere que sople fuerte esta semana en Carolina del Sur. © Golffile | Eoin Clarke

El Congaree Golf Club le gusta a todo el mundo. Ni una mala palabra, ni un mal gesto de los jugadores respecto al campo, sino todo lo contrario. El año pasado, en su estreno en el PGA Tour con la disputa del Palmetto Championship, aún siendo condiciones de juego muy distintas (se disputó en junio; nada que ver con octubre en Carolina del Sur), se dieron algunas circunstancias que quizá podamos tener en cuenta esta semana.

Por ejemplo: en 2021 también se vieron algunas tarjetas de 65 golpes en la primera ronda. Incluso hubo un 64 de Wes Roach. Pero luego no fue esa la proyección del resultado. Chesson Hudley marchaba líder con un parcial de -11 después de dos rondas y finalmente fue ese el resultado con el ganó Garrick Higgo.

En esta ocasión, además, se avecina un día muy duro el sábado, puesto que las previsiones meteorológicas reflejan rachas de viento por encima de los 40 kilómetros por hora. Mucho ojo, porque nos podemos divertir de lo lindo, viendo a estos jugones manejarse en tales circunstancias en un recorrido que te hace pensar casi en cada tiro.

– Shane Lowry, por cierto, que ha comenzado con una buena tarjeta de 68 golpes, tres menos, reconocía ayer que, en efecto, espera con impaciencia que se levante el viento. Al fin y al cabo, él viene de la ventosa Irlanda, es un ganador del Open y las calles del Congaree ya le recuerdan un poco a las de los links, por aquello de su firmeza, así que nada mejor que el viento para entrar todavía más en ambiente…

Más de 330 metros separaban ayer el tee del hoyo 15 del green. En este par 4 corto, pero no tanto como para llegar, así como así, hasta nueve jugadores pegaron el drive, tratando de llegar o acercarse lo más posible. Sólo uno dejó la bola en el green. ¿Adivinan quién? Pues fue Rory McIlroy, que pateaba para eagle desde unos once metros. Los otros ocho valientes (¿o ilusos?): Woodland, Clark, McNealy, An, List, Young, Jung y, mucha atención, Spieth, que a esas alturas de la vuelta venía ya ciertamente a la desesperada. Rory hizo el birdie. También McNealy y List.

Vaya tipo peculiar Kurt Kitayama, de momento el patito feo de la esplendorosa generación de 1993, año en el que nacieron los Spieth, Thomas, Schauffele, Cameron Smith o DeChambeau, entre otros. Es, en todo caso, un gran y agresivo jugador, que esta semana ha comenzado con una sobresaliente vuelta de 66 golpes y está a uno de la cabeza. Kitayama, además, es un consumado especialista en condiciones ventosas, así a ver cómo llega colocado al sábado… Por desgracia para él, también es un paradigma de inconsistencia y rara vez sabes por dónde te va a salir. En este 2022, por ejemplo, quedaba tercero en el Honda Classic después de fallar cuatro cortes consecutivos; un poco más adelante, acababa segundo en México, por detrás de Rahm, tras haber fallado dos cortes; y un poco más adelante todavía terminaba de nuevo segundo, esta vez en un Scottish Open de lujo, y lo hacía después de fallar tres cortes seguidos.

Difícil de comprender la escasa asistencia de público en la primera jornada del torneo, con tal ‘field’ y en tal joya de campo, aunque es cierto que no parece muy manejable desde más allá de las cuerdas. Veremos a ver qué pasa en el fin de semana para considerarlo algo así como un Expediente X o no.

Había llegado Scottie Scheffler a esta cita ciertamente ilusionado por cómo había trabajado con su nuevo putter, después de salir de la Presidents Cup calcinado mentalmente, sobre todo por su irregular rendimiento en los greenes. Ayer, sin embargo, enseguida volvieron a aflorar los gestos de desesperación en el Número Uno, según iba fallando putt tras putt. Y eso que todavía era la primera vuelta. Y eso también que es un tipo tranquilo, muy dado a desdramatizar… El golf no respeta el temple de nadie.