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McIlroy firma 65 golpes y se pone líder del Arnold Palmer Invitational

Rory McIlroy se salta sus reglas para reventar Bay Hill

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Rory McIlroy en la salida del hoyo 15 de Bay Hill durante la primera jornada del Arnold Palmer Invitational. © Golffile | Fran Caffrey
Rory McIlroy en la salida del hoyo 15 de Bay Hill durante la primera jornada del Arnold Palmer Invitational. © Golffile | Fran Caffrey

Había dicho Rory McIlroy (-7) el día previo al inicio del Arnold Palmer Invitational, refiriéndose a sus sensaciones y estrategia en Bay Hill, que no sentía que fuera un campo donde él tuviera que hacer nada ‘especial’ para ir recogiendo frutos aquí y allá, para ir haciendo resultado y verse en todo momento dentro de la pelea.

Se trata, explicaba el norirlandés, de realizar una faena limpia en los pares 5, los más accesibles del campo, sacando de estos hoyos una buena provisión de birdies, de dar por buenos los pares y, si acaso, de aprovechar alguno de los pares 4 más cortos, asumiendo sin mudar el gesto, incluso, que pueda caerte un bogey aquí o allá, porque en cuanto fallas una calle el asunto se puede poner feo. Total: dos o tres menos al día, incluso un cuatro menos si todo ha ido muy bien, para armar así un acumulado que te situará con toda seguridad con opciones de victoria en los últimos nueve del domingo… Qué sencillo parece el golf en la cabeza y la boca de este hombre.

Y el caso es que todo eso lo ha hecho Rory en el turno matutino de esta primera jornada en Bay Hill para firmar su tarjeta puntera de 65 golpes y liderar el cotarro. Incluso eso de asumir con naturalidad un bogey que pudiera caer aquí o allá (lo firmaba nada más comenzar su ronda por el hoyo 10, en el 11). Lo que no ‘entraba en los planes’ era que, además, enchufara un purazo de doce metros de eagle (hoyo 16), o que sacara birdies más bien sencillitos en hoyos que no lo son tanto, como el 18 o el 3. Se ha saltado las reglas, sus reglas, que para eso están, para saltártelas si te llamas Rory y te apellidas McIlroy.

Hay una norma de obligatorio cumplimiento esta semana que sí ha respetado con rigor, que es la de coger muchas calles (sólo ha fallado una con claridad y además lo ha hecho en un par 5, donde tenía margen de maniobra; en otras dos ocasiones el fallo era leve, casi bueno, yendo a parar a un corte intermedio que no hace daño). De otro modo, en Bay Hill, con semejante rough protegiendo las calles, se hace imposible alcanzar tal registro de 65 golpes. No hay modo humano de hacerlo, vaya. Puede que McIlroy no sea el jugador más consistente desde el tee, y ya veremos cómo le va en las tres jornadas que restan, pero todos sabemos lo que pasa cuando su drive anda equilibrado y su putter, cuando menos, no estorba demasiado (hoy, no sólo no le ha estorbado, sino que además ha sido un valioso aliado): que si no gana, falta muy poquito.

Por detrás del norirlandés se ha situado un grupeto de cuatro jugadores muy interesante, aunque todos ellos de momento buscan a Rory con prismáticos, pues han firmado tarjetas de 68 golpes, a tres del líder. Son Graeme McDowell, Adam Scott, Will Zalatoris y Sungjae Im. Llama la atención especialmente la presencia de G-Mac, también norirlandés, que en sus últimas siete comparecencias había fallado seis cortes. Puede que le cueste más o menos, pero da la sensación de que este hombre siempre encuentra el modo de regresar a la buena senda.

Bay Hill se está comportando como se esperaba. Puede llegar a ser generoso con aquellos que vayan por el sitio, pero penaliza duramente a quien se despiste, sobre todo desde el tee. Por ejemplo, Sepp Straka (+4), ganador hace unos días del Honda Classic, ha sufrido en sus carnes el rigor del rough del recorrido de Florida, después de fallar hasta seis calles.

Resultados en directo del Arnold Palmer Invitational