Scottie Scheffler (-23) ha aprovechado a la perfección el ‘mulligan’ que le concedía el sábado por la tarde el cielo de Atlanta. No es que el texano anduviera penando en East Lake, pero iba algo atrancado, justito, perdiendo terreno metro a metro, en el momento en que el juego se suspendía definitivamente.
Hoy, sin embargo, en la reanudación, no ha habido color. No es que Scheffler no haya fallado ni un solo golpe en los seis hoyos que le quedaban por jugar, que por supuesto así ha sido, es que además ha mostrado su mejor repertorio con los hierros y los wedges en la mano, para cerrar la ronda de manera apoteósica, con un parcial de cuatro menos en los seis hoyos que ha jugado, que incluso podía haber sido mejor. Una apisonadora que de alguna manera hace justicia a todo lo que hemos vivido durante la temporada.
A su lado Xander Schauffele (-17) no era capaz de dar la réplica, sobre todo después de fallar una muy buena opción de birdie en el green del 13, el primer hoyo que jugaban tras la reanudación. Ambos habían pegado excelentes tiros, pero Scheffler embocaba su putt de metro y medio y Schauffele erraba el suyo de algo menos de dos metros…
Todo está en manos de Scheffler. Lo sabe Xander y lo sabe Rory McIlroy (-17), que firmaba un 63 en la tercera ronda, sellándola con sendos birdies en los hoyos 17 y 18, pero que parece llegar tarde. Ay, aquel extraño y durísimo comienzo de torneo con un triple bogey y un bogey más en sus dos primeros hoyos de la primera vuelta…
Jon Rahm (-12), por su parte, se ha quedado definitivamente descolgado. Él ya no va a llegar a meterse de verdad en la lucha por el triunfo, pues la diferencia con la cabeza es excesiva, después de cerrar hoy la tercera ronda con un parcial de +2 en los cinco hoyos que aún le quedaban por jugar. Necesitaría poco menos que un milagro, y ya no sólo por la descomunal ventaja que le saca el líder, es que, si Scheffler fallara, Jon tiene por delante a los Schauffele, McIlroy, Thomas, Im o Cantlay.
Lo último que hizo ayer antes de suspenderse el juego fue fallar la calle del hoyo 14, seguramente el hoyo más complicado de East Lake (par 5 reconvertido en largo par 4), y hoy pagaba el lógico peaje. Después se ha mostrado demasiado errático y apresurado, fallando demasiados tiros y sin acierto tampoco en los greenes…
Quedan, por supuesto, otras batallas que librar, porque cada puesto que se gana en este torneo, ya se sabe, es un pelotazo financiero. Jon, además, ha disputado unos play offs notables y probablemente se merece la confirmación de una gran vuelta final que le permita, por ejemplo, acabar entre los cinco primeros de la temporada en el PGA Tour.
