¿Cuántas veces la deja Scottie Scheffler (-16) para birdie en un radio que no supera los seis metros de distancia y en muchas ocasiones apenas llega a los cuatro? Más allá de lo que digan las estadísticas generales, esa es la sensación que suele tenerse cuando se ve jugar al texano: rara es la vez que no está pateando para birdie desde una distancia media. Esa es también, por supuesto, la sensación que ha dejado en la tercera jornada del Hero World Challenge, en la que ha firmado una tarjeta de 65 golpes que lo mantiene en el liderato, con una cómoda ventaja de tres golpes sobre su inmediato perseguidor, Matt Fitzpatrick (-13) de cara a la ronda definitiva.
No están los greenes del Albany Golf Club, en Bahamas, para muchas bromas, cada vez más firmes. Sin embargo, hasta en trece ocasiones, trece, que se dice pronto, ha pateado Scheffler para birdie o para eagle en esta tercera vuelta desde distancias que iban de los 8 a los 18 pies (desde los dos metros y medio a los cinco metros y medio, aproximadamente). Unos números muy habituales para este jugador a lo largo y ancho de los últimos dos años, prácticamente. Por eso, cuando su putter coge calor, suele convertirse en un jugador sencillamente inabordable. Y eso es también lo que ha ocurrido en Bahamas: todavía se dejaba por el camino dos buenas opciones de birdie de unos dos metros y medio en los hoyos 11 y 17, pero a cambio enchufaba hasta cinco putts desde distancias que iban de los cuatro a los cuatro metros y medio. Demoledor. Tumbativo.
No hace falta que este hombre alcance este porcentaje de acierto. Sólo con que mejore un poco sus números en los greenes, puede llevar su Número Uno mundial a una cifra de semanas que se pierda en el horizonte. Eso sin ponernos a pensar en la cantidad ingente de torneos que podría ganar en un año, por ejemplo, en 2024. Veremos si su exhibición de este sábado en la media distancia de los greenes tiene que ver con ese trabajo que viene realizando con Phil Kenyon, uno de los grandes gurús del putter, y si por tanto tiene cierta continuidad en el tiempo, porque de ser así los demás pueden irse echando a temblar.
Un solitario bogey en el 18 del texano todavía ha dado un respiro al resto, pensando en la ronda dominical, aunque el estirón de Scheffler realmente deja raquítica la nómina de aspirantes. Fitpatrick, como se decía, partirá a tres golpes, pero es que Justin Thomas (-11), tercero, lo hará a cinco y luego ya viene un nutrido grupo que partirá a seis, todos con un acumulado de -10: Day, Finau, Morikawa y Spieth. El análisis es sencillo: todos están en manos de Scheffler, porque si él carbura medianamente bien sacará del radar a la gran mayoría.
Tiger Woods (PAR) no está todavía para salir el domingo con opciones reales de victoria. Lo suyo, de momento, es otra historia que de momento no marcha demasiado mal. Hoy ha vuelto a jugar por debajo del par (vuelta de 71 golpes), aunque se le ha visto algo errático, sobre todo con los tiros a green en el último tercio de la ronda. Sin embargo, lo más importante para él pasa por las más que notables sensaciones físicas que está sintiendo, ahora que se llevan ya 54 hoyos disputados, puesto que su maltrecho pie derecho, dentro de las severas limitaciones de movilidad que sufre, está resistiendo moderadamente bien. O dicho de otra manera: comentaba el de Cypress después de firmar la tarjeta que su cuerpo está recuperándose bien de los esfuerzos, apoyándose en el meticuloso ejercicio de activación y recuperación que realiza después de jugar y también en las horas previas a hacerlo, y que no sólo se centran en el pie, sino en general en todo su cuerpo (espalda, cuello, piernas…). Sera cuestión de ver, entre otras cosas, si es capaz de terminar el torneo al alza, quién sabe, quizá incluso con una tarjeta por debajo de los setenta golpes que ponga un gran broche a su reencuentro con la competición.
