Scottie Scheffler (-9) ya no es líder del Tour Championship. El Número Uno del mundo y de la FedEx Cup ha tenido un mal día en la oficina. Sí, por si ustedes no lo sabían, hoy se ha confirmado al mundo que hasta Scheffler se puede permitir tener un mal día. Ha hecho 71 golpes, uno sobre par, y ha convertido la clasificación del torneo en un avispero. Ya no manda. Ha cedido el bastón a Collin Morikawa (-10), Keegan Bradley (-10) y Viktor Hovland (-10). Hay 16 jugadores separados únicamente por cinco golpes.
Scheffler ha abierto la puerta con una actuación extraña. Su inicio ha sido rotundo, enseñando los galones en cada tiro, demoledor. Tres birdies en los primeros seis hoyos y… hasta luego Lucas. Realmente estaba rompiendo el torneo porque en ese momento y con ese nivel de juego te podías imaginar cualquier cosa.
Sin embargo, de pronto, ha empezado a flaquear. Alguno en East Lake ha preguntado incluso si es que no habían dado un cambiazo. Porque ese jugador ya no parecía Scheffler, el Scheffler de todo este año 2023, sino más bien su hermano gemelo. Ha fallado un putt muy corto de par en el hoyo 11, uno de esos que de vez en cuando va regalando, y a partir de ahí ha tenido un tramo de cinco hoyos terrorífico. Ha hecho bogey en el 12 comiéndose el talud de un búnker de calle, ha salvado dos pares milagrosos en el 13 y 14 gracias a su excepcional juego corto y ha cometido triple bogey en el hoyo 15. Su primer triple bogey en 2023. El primero después de haber jugado 2.179 hoyos. Increíble.
Así, ha pasado de liderar con suficiencia el torneo a meterse en un lío. Ha sido una hora de máxima zozobra. Ha perdido cinco golpes y de pronto se ha visto a dos del liderato y con el gesto ligeramente desencajado, ya saben, todo lo desencajado que lo puede tener un tipo como Scheffler. Se ha recuperado bien en los tres últimos hoyos, con un birdie en el 17 y dos buenas opciones que no convertía en el 16 y 18.
Ahora queda por ver si Scheffler verá el vaso medio vacío o medio lleno. Medio vacío es que ya no lidera el torneo, ha jugado sobre par, le toca remontar y ha desplegado seguramente la peor hora de golf en años. Pero también está la otra opción. Un día en el que ha jugado sobre par, ha firmado un triple bogey después de más de dos mil hoyos, ha vuelto a patear mal… y está a un golpe del liderato. ¿De verdad podemos imaginar a Scheffler teniendo otra secuencia de hoyos tan mala como la de hoy? Cuesta trabajo. Sí, la clasificación se ha apretado, pero sus más directos rivales, los que estaban más cerca, no han aprovechado esa puerta abierta para meterle de verdad en un problema a Scheffler. De hecho, Hovland está un golpe por delante, pero McIlroy, Rahm, Glover, Homa, Cantlay o Harman, los que venían más cerca, siguen por detrás. Jon Rahm (-7) está a tres golpes de la cabeza. Eso es el vaso medio lleno.
El hombre del día ha sido Collin Morikawa (-10). Ha entregado una tarjeta bestial de 61 golpes, el mejor resultado de su carrera en el PGA Tour y se ha puesto líder llegando desde la posición 24ª. Ha estado sensacional, con siete birdies y un eagle, una versión de Morikawa que, más allá del resultado, hacía mucho que no se veía.
Además de él, también han aprovechado el tropezón de Scheffler, Keegan Bradley (-10), con otra gran tarjeta de 63 golpes y el citado Hovland (-10). No obstante, en el caso del noruego diríamos que lo ha aprovechado, pero poquito.
Los damnificados principales de esta primera ronda son Emiliano Grillo (+3) y, sobre todo, Lucas Glover (-3), que llegaba quinto a Atlanta y ahora marcha 21º tras firmar un resultado de 72 golpes. East Lake ha vuelto a revelarse como un campo con mucha guasa. Ofrece grandes resultados si se juega muy bien, sobre todo para los que suelen salir en los primeros partidos, y después castiga con dureza el mal juego. Sea como fuere, la final de la FedEx Cup se ha puesto divertidísima.
