
– El corte en el Arnold Palmer Invitational derivaba ayer en ‘cortecito’, pues sólo once jugadores se han quedado fuera. Y sin embargo, cuánto aporta, ahora que parecen llamados a la extinción en demasiadas grandes citas del calendario. Siempre nos quedarán los Grandes; si alguna vez, en un futuro incierto y pestoso, los majors fueran por el mismo camino sería el momento de encerrarse en un cuarto oscuro y aguardar dignamente el final. Habrá quien piense que el hecho de haberse quedado fuera tipos como Morikawa, Fitzpatrick, Fleetwood, Rose, Hojgaard o el mismo Kitayama, defensor del título, no hace ningún bien al torneo… Otros, ingenuos y románticos, valorarán (valoraremos) como un hecho especial y cargado de emoción que haya ocurrido algo así y que Matthieu Pavon, por ejemplo, fuera capaz de firmar ayer un 68 para mantenerse vivo, coleando y en la pelea.
– Que nos perdonen los esforzados golfistas, pero somos muchos los que deseamos fervientemente que Bay Hill se ponga hoy todavía más duro, como parece que va a suceder, sobre todo si no llueve y los greenes pueden seguir ganando en firmeza. Y si el viento cobra mayor protagonismo, como también anuncia el parte. ¿Golf de supervivencia? No parece que el asunto vaya a llegar a tanto, pero si es así, sea bienvenido este escenario, siquiera un puñado de semanas al año. Además, siempre nos quedará LIV Golf para bajar pulsaciones, relajarse y relativizarlo todo sin apenas esfuerzo…
– Ya habíamos anotado en el ras de hierba del viernes que a Shane Lowry, uno de los líderes del Arnold Palmer Invitational, Bay Hill le había jugado mil perrerías a lo largo y ancho del tiempo, hasta el punto que el irlandés procuraba, incluso, no incluir esta cita en su calendario. Pues bien, de los seis líderes que tenemos ahí arriba después de dos rondas, resulta que el caso de Lowry no es único, más bien es muy popular. Wyndham Clark, por ejemplo, ha sufrido importantes revolcones, como aquellas dos tarjetas de 80 y 82 golpes con las que cerraba su estreno en dicho campo, allá por 2020, con un acumulado total espantoso de +20. Dice Clark que se recuerda en el parking, cogiendo el coche de cortesía, pensando que a este lugar no volvería más…
Brian Harman también ha sufrido una barbaridad: había jugado este torneo en doce ocasiones antes de la de este año y fallado seis cortes, incluyendo los de sus tres últimas comparecencias, y sin acabar nunca entre los diez mejores. “Este lugar me ha azotado mucho en el pasado, así que no despertaba mucho mi interés…”, confesaba ayer. También señalaba que el hecho de haber ganado un Grande le ha dado más confianza para afrontar este tipo de retos. Muy interesante. Es muy posible, incluso probable, que a Clark le haya sucedido algo similar.
Por último, Matsuyama tampoco ha brillado en Bay Hill como le gustaría, aunque su trayectoria es más sólida en esta esquina de Florida (fue sexto en 2016 y sólo ha fallado un corte, el del año pasado). Eso sí, no olvidará esas tarjetas de 80 y 77 golpes que entregaba el sábado y el domingo en la edición de 2020, cuando afrontaba el fin de semana como candidato a todo.
La excepción es Scheffler. Hasta esta semana había jugado tres veces el torneo con un saldo de un 15º puesto en 2020, victoria en 2022 y un cuarto puesto en 2023. La media de golpes del Número Uno del mundo en Bay Hill, contando con las dos rondas de este año es de 70,85 golpes, una verdadera salvajada en un recorrido con unas condiciones de juego tan severas, sobre todo en las últimas ediciones.
– Nos quedamos con Scheffler y el hoyo 15 de Bay Hill. Ayer enchufaba un putt muy largo de birdie en este hoyo, sin duda uno de los más complicados del campo, y no era la primera vez que el texano hacía de las suyas en este hoyo. En 2022, el domingo, jugándose el triunfo en la recta final, embocaba un putt de unos siete metros para salvar un par decisivo. Pero es que en 2020, también el domingo, la embocaba para birdie desde la arena. Su acumulado en el 15 en catorce rondas es de PAR, otra pequeña gesta.
– A Rory McIlroy le está costando una barbaridad escalar peldaños esta temporada, después de aquel arranque fulgurante en las dos citas de Dubai, donde terminaba segundo y primero. Ayer, no obstante, se le vio muy paciente en el campo y terminaba doblegando la resistencia de Bay Hill (vuelta de 70 y acumulado de -1). Hoy sale a jugar junto a Jordan Spieth, otra gran estrella que anda en situación parecida, pues no termina de sacarle todo el rédito a su buen juego general. Salen más de dos horas antes que el partido estelar (lo harán a las 16,50, horario peninsular español) y es obligatorio vigilar lo que puedan hacer… .¿Serán capaces Rory o Jordan de firmar una tarjeta de 69 golpes, pongamos por caso, y meterse así de lleno en la pelea por el triunfo el domingo?
– Este Arnold Palmer se está vendiendo solito. No le estaban saliendo al PGA Tour demasiados torneos ‘bonitos’, redondos, pero lo de esta semana en Bay Hill viene a ser como un alud de alicientes… Comenzando por esos seis líderes después de 36 hoyos, circunstancia que no se daba desde el Valero Texas Open de 2011. Y qué líderes, todos ellos ganadores de un Grande en los últimos años, salvo Russell Henley.
– Will Zalatoris no está en ese grupo de ilustres colíderes, pero aparece a un solo golpe con un acumulado de -6. Y encadena ya 29 hoyos sin bogey en Bay Hill esta semana, lo que es un pequeño prodigio que hay que tener muy en cuenta, mucho más si se observa la evolución de sus resultados en 2024: fallaba el corte en el Sony Open, terminaba 34º en el American Express, luego era 13º en el Farmers y a continuación firmaba un segundo puesto en el Genesis… Will ha vuelto para quedarse con un swing remozado y menos dañino para su salud.