Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Spieth detecta su kriptonita y se pone manos a la obra
Centra el bajón de su juego en 2016 en los hierros a media distancia

Spieth detecta su kriptonita y se pone manos a la obra

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Tras su extraordinario 2015, en el que logró cinco triunfos en el PGA Tour -incluidos el Masters de Augusta y el US Open– hasta hacerse con la FedEx Cup y situarse como número 1 del mundo, el año que está a punto de concluir ha supuesto una ligera decepción para Jordan Spieth, un pequeñísimo paso atrás, aunque suficiente para que todo un ganador como él busque soluciones. El estadounidense cree haber encontrado el origen de sus problemas este año, primer paso para ponerles remedio.

Spieth, que formó parte del equipo ganador de la Ryder Cup de Hazeltine, apenas ha sumado un par de triunfos en 2016 -además del Australian Open-, un bagaje que no es suficiente para él a la visto de lo que había conseguido el año antes. Además, ha visto cómo Jason Day, Rory McIlroy, Dustin Johnson y Henrik Stenson lo superaban en el ranking mundial, desplazándolo hasta la quinta posición. Así que, para solucionarlo, trabaja desde hace semanas con su entrenador, Cameron McCormick, centrado en mejorar su juego con los hierros.

En concreto, está convencido de que si mejora su precisión en el golpeo en distancias de 115 a 160 metros, recuperará su mejor nivel. Y comprobando sus estadísticas de 2016, razón no le falta…

Unas cifras preocupantes a media distancia

En golpes ganados de tee a green, Spieth cayó del puesto número 11º en la 2014-15 al 87º en este último curso. Un bajón similar al de sus cifras de greenes en regulación, pasando del puesto 49, con un 67,89%, al 145, con apenas un 63,52%.

De 115 a 137 metros, Spieth aparece en el puesto número 87º del PGA Tour en lo que a greenes en regulación se refiere, con una distancia media a bandera desde la calle de casi 6,7 metros -el 47º del circuito-. Desde el rough, promedió 10,2 metros de distancia al hoyo, el 52º del PGA Tour.

De 137 a 160 metros, apenas encontró el green un 61,06% de las veces, puesto 145º del PGA Tour, con una distancia media a bandera de 8,4 metros -el 101º del circuito-. Desde el rough, en este margen, promedió nada menos que 13,1 metros de distancia a la bandera, el 126º del circuito.

«Desde estas distancias, cuando analicé las estadísticas con Cameron, vi que había un importante margen de mejora para esta temporada», confirmó Spieth a la web oficial del circuito. «Fue un aspecto del juego en el que no tuve mucho éxito la temporada recién finalizada. No me ha ido bien con los hierros 7, 8, 9 y wedge, sobre todo en los pares tres cortos», añadió.

Spieth trata de mejorar el swing completo en este margen de distancias a bandera trabajando la espalda y algunos movimientos que ya utilizó durante 2015. «He estado dos años seguidos tratando de mover el palo de la forma en que aprendí en su día. Ahora intento ser más consistente, crear una nueva rutina, cargar más en la parte trasera de las piernas y no ser tan rápido en la transición», señala.

Habrá que ver si este trabajo en la sombra le da resultado. Aunque, conviene hacer una segunda lectura del asunto: con estas cifras tan discretas en golpes de media distancia ha sido capaz de ganar dos torneos del PGA, sumar un segundo puesto, un tercero y ocho top ten, manteniéndose entre los cinco mejores del mundo. Unos datos que reflejan su excepcional nivel en el juego corto y con el putt. Si consigue mejorar su punto débil, volverá a ser un jugador muy difícil de batir…