Sería demasiado sencillo reducir el final del Valero Texas Open a una lucha encarnizada por la victoria entre los dos jugadores tejanos, Jimmy Walker (-6), actual líder y que en el JW Marriott TPC San Antonio está jugando en casa, y Jordan Spieth (-4). Porque al final siempre aparece alguna otra alternativa, tanto o más potente. Pero de momento hay que reconocer que los chicos de Texas están respondiendo a los vaticinios y las expectativas. Sólo falta ahí arriba en la clasificación Ryan Palmer (+1), a quien parece que no le ha sentado nada bien que el viento se tomara un respiro este viernes. Le va la marcha. Pero no está muy lejos, démosle tiempo y veamos qué es capaz de hacer en la jornada del movimiento.
Walker, el líder, sigue siendo décima arriba o abajo, el mejor pateador de 2015, fundamentalmente. Eso lo simplifica todo. Spieth, por su parte, marcha con tal grado de confianza que ha pedido viento para el fin de semana.
Mientras tanto, a una prudencial distancia está situado Phil Mickelson (-2). El californiano husmea aquí y allá y todo comienza a olerle a Augusta National, así que hay que tener cuidado con el californiano…
Gonzalo Fernández Castaño (+8) mejoraba decididamente en esta segunda ronda, en la que el viento daba una tregua y el madrileño firmaba una vuelta de 72 golpes. De nuevo un esfuerzo ímprobo que se queda sin premio. Tenía que remar de lo lindo y por momentos dio la sensación de que podría llegar hasta la línea del corte. Las cosas no le están saliendo, pero este hombre tiene la cabeza dura y no sabe lo que es la bandera blanca.
