Tiger Woods (+1) ha perdido el primer asalto en Riviera (vuelta de 72 golpes), aunque sin volverle nunca la cara al combate en esta primera jornada del Genesis Invitational, tercer Signature Event de la temporada del PGA Tour. Ha sido, además, una pelea a guantazo limpio, ahora te pego yo, ahora me la llevo puesta, saldada con cinco birdies a favor del mejor jugador de la historia (siempre que Nicklaus nos conceda el permiso) y seis bogeys en el haber del mítico recorrido californiano.
Al final, justo al final, es cierto, Woods estaba a punto de irse a la lona. Ocurría en el 18, después de pegar una buena salida. Con un hierro 8 en las manos y desde el fairway Tiger se marcaba un cañazo en toda regla, un shank de padre y muy señor mío que enviaba la bola a la derecha, hacia los árboles. Desde allí, sin embargo, y con una abertura justita entre dos colosos bicentenarios, se las arreglaba para firmar un buen bogey, pateando incluso para salvar el par desde unos cuatro metros y medio.
“Sí, definitivamente pegué un shank. Ya venía notando algún espasmo en los dos últimos hoyos y no me moví bien… Justo después de hacer eso con el hierro 8, con la bola fuera de posición, me encontraba una pequeña ventana entre los árboles y quería pegar otra vez el hierro 8, un punch hook… Así que ya suponía que ese iba a ser el tiro más difícil. Pero salió bien”, explicaba el jugador una vez finalizada la ronda.
¿Conclusiones? Algunas se pueden sacar, aunque sólo ligadas a lo que se ha visto hoy, sin pretender ir más allá. Por ejemplo, a Tiger se le ha visto algo tosco, tratándose de quien se trata, en las recuperaciones alrededor de unos greenes que, a jueves, ya estaban rápidos y bastante firmes, aunque muy nobles. Demasiadas recuperaciones se le han quedado en el tintero, sobre todo desde la arena. Por lo demás, ese fade recurrente con el driver, en ocasiones transformado en todo un señor power fade, parece lo suficientemente eficiente, aunque también se haya dejado unas cuantas calles por el camino. Y se le han visto algunos golpazos, hierros marca de la casa. También ha aprobado con el putter en las manos, hasta un notable se le puede poner, aunque en ocasiones, por mirar el detalle, le haya faltado un poco de temple en el primer putt, el de birdie.
Mañana va a tener que remar para pasar el corte, pero en líneas generales, y contando con que este hombre lleva mucho tiempo sin competir, el platillo de las sensaciones positivas pesa más en la balanza.
Riviera no se esta mostrando especialmente fiero. Al menos todavía. Muy en la línea de las dos últimas ediciones, en las que el resultado ganador se fue claramente más allá del -15. Pero es un campo que siempre penaliza el mal juego. Es muy difícil librarse. El líder provisional de la mañana es Patrick Cantlay (-7), que ha dado un recital de solidez, pero sobre todo en los greenes, embocando hasta cuatro putts de birdie y uno de par desde más allá de los tres metros (y de los seis también…). Buen arranque también el de Cam Davis (-6), Luke List (-6), Jordan Spieth (-5) y un Will Zalatoris (-5) que llegó a marchar seis menos por los primeros nueve, pero que en definitiva sigue dando muestras de una completa rehabilitación.