Gonzalo Fernández Castaño (+3) se ha quedado fuera del corte en el Memorial Tournament tras entregar una tarjeta de 78 golpes en la segunda ronda del torneo de Jack Nicklaus. Un batacazo doloroso e inesperado tras su espléndido final hace una semana en el AT&T Byron Nelson y su más que buena puesta en escena el jueves con una vuelta de 69 golpes.
Fue una de esas tarde para olvidar en lo que todo sale mal. Empezó con tres bogeys en los primeros cuatro hoyos y así, sin comerlo, ni beberlo, se puso a luchar por el corte cuando sus expectativas al inicio de la vueltas eran otras bien distintas. No jugó nada mal desde el tee. De hecho, cazó diez calles durante toda la jornada, pero los hierros y, sobre todo, el putt hicieron mutis por el foro. Cogió ocho greenes y anduvo con la necesidad de recuperar a cada momento.
Sin embargo, si hubiera que determinar una clave para encontrar una explicación a la vuelta habría que buscarla en los greenes. Gonzalo no consiguió ningún birdie porque se cerró el hoyo. Su media de putts por greenes en regulación (2.125) lo dice todo. Su mejor palo el jueves se le volvió contra el viernes. Así de cruel se porta este deporte.
Gonzalo nunca tiró la toalla, pero si se fue lógicamente desesperando a medida que pasaban los hoyos y los birdies no caían. El arranque de los segundos nueve fue demoledor, con un doble bogey y un bogey consecutivos. Otra vez el mazazo cuando uno psicológicamente está pensando en hacer tabla rasa con lo anterior y darle la vuelta.
Ha sido un varapalo, aunque nada que no pueda encarar y superar Gonzalo, hecho como está ya a una temporada difícil en la que está luchando contra todo y contra todos. El madrileño se centra ya en la clasificación para el US Open, que diputa este lunes, y en el FedEx Sj. Jude Classic, próxima cita del PGA Tour.
