Un total de 23 hoyos ha jugado Jon Rahm este domingo en East Lake y su parcial ha sido de tres sobre par. Gélido. No sólo le ha impedido tener alguna opción de ganar la FedEx Cup, sino que ha terminado en el puesto 15º de la clasificación. Se ha dejado cuatro posiciones en el ranking del circuito en el Tour Championship respecto a su plaza antes de la final. Una pena porque no olvidemos que llegó a ir segundo.
El juego largo, el gran bastión de Jon durante toda la temporada, lo ha abandonado en el último día de curso. Ha terminado la cuarta ronda con apenas la mitad de las calles cogidas y sólo nueve greenes en regulación. Un balance escaso para pelear por el triunfo. De hecho, su juego corto y, sobre todo el putt, ha permitido firmar una vuelta de 71 golpes que tampoco es un desastre.
Esta es la mejor noticia que se lleva Rahm de la Final de la FedEx Cup que ha conquistado Rory McIlroy por tercera vez. El putt. Ha vuelto a patear como en sus mejores tiempos, con esa misma determinación, con ese instinto de ‘killer’, con ese acierto que siempre causó respeto, admiración y hasta temor en sus rivales. Es más, ha sido el mejor en esta disciplina en el Tour Championship.
Dicen que las notas se entregan a final de curso. Si el domingo ha sido gélido para Jon, la temporada habría que calificarla como templada. Ha jugado 19 torneos del PGA Tour y ha ganado uno, el Mexico Open at Vidanta, cosa seria. Además, ha sumado ocho top y sólo ha fallado un corte, el primero del curso, el año pasado, el Fortinet Championship. Ya ha llovido. Sus números, en una temporada templada, son notables. Es la dimensión del morrosko de Barrika.
Su domingo se ha parecido en el resultado a una buena parte de la temporada, cuando hemos visto a un Jon más discreto de lo habitual, lejos de sus registros extraordinarios. Eso sí, curiosamente lo único en lo que se ha parecido ha sido en la tarjeta, ya que la manera de llegar a ese resultado ha sido radicalmente diferente. Durante buena parte de la temporada fue el juego corto y el putt lo que no terminó de carburar, mientras que el juego largo sacaba las castañas del juego. En los dos últimos días en Atlanta, sin embargo, ha sido al contrario.
Jon no se marcha satisfecho de la Final de la FedEx Cup, pero al menos sí está contento por su despliegue en los greenes. Sabe que el juego largo siempre está ahí, no le va a fallar y no tiene dudas de que cuando las dos parcelas se junten, volverá a estar para ganar cada semana que ocurra.
