Jon Rahm (+2) ha firmado una tarjeta de 73 golpes en la primera jornada del BMW Championship, segundo play off de la FedEx Cup, resultado que lo sitúa muy lejos del líder, Keegan Bradley (-7), y en general de las posiciones de privilegio.
No se trata de buscarle una excusa al jugador de Barrika, pero lo cierto es que no era un día nada sencillo para él, desde el momento en el que fue conocedor del fallecimiento de Ramón Barrenechea, presidente de la federación vizcaína de golf e íntimo amigo de toda la familia Rahm. Una dolorosísima pérdida que ha afectado mucho al jugador. Le ha sido prácticamente imposible abstraerse de su recuerdo prácticamente en toda la vuelta.
A Rahm ciertamente no le ha salido casi nada en el bello y largo recorrido del Wilmington Country Club (Wilmington, Delaware). Se ha mostrado moderadamente sólido desde el tee, es cierto, aunque fallando un buen puñado de calles, más de las que acostumbra; pero en el resto de las parcelas del juego apenas ha conseguido llegar siquiera al aprobado.
Los tiros desde el fairway no eran certeros, salvo alguna excepción como las de los hoyos 4 y 17, donde conseguía los dos únicos birdies de la ronda, y tampoco terminaba de arreglar la situación en los greenes.
No es sencillo, sobe todo para el propio jugador, realizar un análisis más o menos técnico, más o menos objetivo, de lo que ha ocurrido hoy en el campo, aunque Jon ha tratado de meterse en faena por todos los medios dejándose de hecho por el camino alguna opción de birdie.
Ahora tiene 54 hoyos por delante para tratar de remontar, puesto que esta semana no hay corte. Pero no va a ser tarea sencilla, pues se hace muy complicado templar y mandar en semejante situación anímica. A nadie le cabe duda de que Jon va a poner todo de su parte, con la intención también de poder dedicarle a su amigo una gran remontada, pero ya se sabe que en estos asuntos emocionales no siempre lo que uno quiere se corresponde con lo que uno puede.
