Viktor Hovland (-20) ha pegado un soberano hachazo al Tour Championship en la tercera jornada este sábado. El golfista noruego ha entregado una magnífica tarjeta de 66 golpes y ha abierto hueco en la clasificación. Mucho hueco. Saldrá este domingo a la caza de su primera FedEx Cup con seis golpes de ventaja sobre Xander Schauffele, el rey de East Lake, y siete sobre Keegan Bradley (-13) y Collin Morikawa (-13). El español Jon Rahm (-11) es quinto empatado con Wyndham Clark y Scottie Scheffler.
Hovland ha llegado lanzado a Atlanta tras su victoria hace una semana en el BMW Championship. Hoy ha ofrecido otro recital. Está soberbio de tee a green, fallando muy pocos golpes y su putter está funcionando a pleno rendimiento. Incluso, podría haber metido alguno más que se le ha escapado en los tres últimos hoyos. Tres opciones razonables para haber abierto una brecha aún mayor. Lo tiene en su mano y lo sabe, pero también debería saber que aún es pronto para descorchar el champán. Ante la duda, que le pregunte a Scheffler…
El precedente es demasiado cercano y evidente. Scottie salió el domingo del año pasado con seis golpes de ventaja sobre Rory McIlroy, situación idéntica a la de Hovland, y acabó perdiendo el torneo. Concretamente, el norirlandés le recuperó siete golpes el último día… y no fue el único. Sungjae Im, que salió a siete golpes, terminó empatando con Scheffler en la segunda posición. Es difícil, pero ocurre. ¿Es difícil que ocurra dos años seguidos? Muchísimo, pero peores cosas se han visto. Más aún cuando lleva en la trasera a Schauffele, un golfista que este sábado ha firmado su vigésimo séptima vuelta seguida en East Lake jugando al par o bajo par. Como para fiarse.
Realmente, la peor noticia para todos aquellos que aspiran este domingo a moverle la silla a Hovland, no es tanto esos golpes de ventaja del nórdico, como su trayectoria en East Lake. Parece evidente que para remontarle habrá que contar con su ayuda, pero su hoja de servicios en el Tour Championship indica lo contrario. Ha jugado doce rondas en el campo de Atlanta y su resultado más alto ha sido 71 golpes, la única vez que jugó sobre par. Sus rivales van a necesitar algo más, como mínimo el 73 que se marcó Scheffler hace justo un año.
Precisamente, Scottie es el gran derrotado de este sábado y esta semana. Segundo año consecutivo que llega primero a East Lake y segunda vez que se le escapa el triunfo. Esta vez ni siquiera ha tenido que esperar a la última vuelta. Hoy ha sufrido un día aciago, desconcertado desde el tee y desesperado una vez más en los greenes. Ha hecho 73 golpes y ha quedado a nueve de Hovland. Necesita un milagro para ganar. El mismo milagro que Jon Rahm (-11), que hoy entregó una tarjeta de 71 golpes. El campo se ha mostrado demasiado cicatero con el de Barrika.
East Lake ha dado este sábado un giro de tuerca importante en su exigencia. Los greenes estaban considerablemente más duros, aunque finalmente una tormenta pasajera que ha mantenido el juego suspendido durante algo más de una hora los ha puesto algo más receptivos en el tramo final. En cualquier caso, las dos mejores vueltas han sido 65 golpes, con la firma de Sepp Straka y Tommy Fleetwood. Y Luke Donald, encantado.