Tiger Woods y Phil Mickelson han jugado juntos la última ronda del Zozo Championship. Ninguno de los dos se ha ido contento a casa. Más bien todo lo contrario. Tiger ha entregado una tarjeta de 74 golpes y Mickelson ha hecho 78, el resultado más alto del día. Sabor de boca muy amargo con el Masters en el horizonte. Ambos coincidieron en sus declaraciones en que les queda trabajo por delante y aportaron algunas pistas, muy pocas, sobre cuál será su preparación específica para la gran cita de noviembre en Augusta.
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Lo más curioso de los 18 hoyos que jugaron juntos fueron las dos charlas que mantuvieron. Las desveló Tiger tras firmar su tarjeta. «Lo primero que hablamos fue sobre el PGA Tour Champions. Dos torneos y dos victorias de Phil. Lo felicité y le dije que tuviera paciencia que a mí aún me quedan cinco años para poder jugar ese circuito», bromeó.
Más serios estuvieron cuando se pusieron a hablar del próximo Masters. Conversaron sobre las condiciones que se van a encontrar en noviembre, con el frío, la humedad, el viento… y de repente los dos se pusieron a hablar de Zach Johnson. «Los dos estamos de acuerdo en que será un Masters parecido al año que ganó Zach Johnson. El campo se va a jugar muy largo, por lo que difícilmente vamos a poder coger los greenes de dos», señaló. Hay que recordar que Zach Johnson ganó el Masters en 2007 jugando a llegar en tres golpes en todos y cada uno de los pares 5. Mickelson y Woods creen, por tanto, que los wedges serán un elemento primordial para ganar el Masters.
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Precisamente, pensando en Augusta, ambos se confiaron cómo van a preparar el torneo las próximas semanas. Posiblemente fueron más claros entre ellos que con la prensa. En ambos caso hay muchas dudas. Tiger aseguró que en los dos próximos días como mucho tomará una decisión respecto a si va a jugar en Houston o no. «No me voy a demorar mucho. Hablaremos mañana por la tarde cuando nos veamos en el gimnasio y tomaremos la decisión de si hay que jugar o no. Ahora mismo no lo tengo claro», explicó Woods.
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Mientras, Phil Mickelson sí tiene claro que va a jugar, pero no sabe aún si será en el PGA Tour, el Houston Open, o en el Champions Tour. Tomará la decisión según el campo que mejor se ajuste a sus necesidades en el Masters. «No conozco nada el Memorial Park (donde se jugará el Houston Open) y no sé qué nos encontraremos allí. Sí he jugado más veces en el Phoenix Country Club (donde se juega el torneo del Champions) y es un gran campo. Veré cuál me permite pegar más drives y utilizar más el juego corto, clave en Augusta. Jugar el Champions puede ser una buena idea porque son unas condiciones que personan más. Se puede recuperar desde malas posiciones y creo que el Masters es algo parecido, aunque sea más exigente», señaló.
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En cuanto al juego, Tiger está contrariado con el driver y los hierros, pero muy contento con el putt. «Todos los días y en todos los hoyos he pateado bien. La bola me ha rodado bien», apuntó. Mientras, Mickelson aseguró que «mi juego ha estado muy lejos de lo que yo quería. Semana divertida, pero ha sido muy decepcionante cómo he jugado», remarcó.
Por cierto, Adam Long, que jugó con los dos en el Sherwood Country Club, les ganó con una vuelta de 69 golpes. Algo que contarle a los nietos.
