Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Y Glover estaba donde había que estar para aprovechar la gran carambola
Crónica de la victoria de Lucas Glover en el FedEx St. Jude Championship

Y Glover estaba donde había que estar para aprovechar la gran carambola

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Lucas Glover posa con el trofeo de ganador del FedEx St. Jude Championship 2023. © PGA Tour
Lucas Glover posa con el trofeo de ganador del FedEx St. Jude Championship 2023. © PGA Tour

Lucas Glover (-15) ha ganado el FedEx St. Jude Championship, primer play off de la FedEx Cup, tras firmar una tarjeta de 69 golpes en la jornada decisiva, una menos, y después de batir a Patrick Cantlay (-15) en el primer hoyo de desempate. Una victoria que sigue a la de la pasada semana en el Wyndham y que dispara al veterano jugador de Carolina del Sur hasta el Número 4 de la FedEx Cup, es decir, con una plaza ya más que ganada en el Tour Championship, el tercer y definitivo play off, y por tanto con la seria opción de incluso ganar la FedEx Cup…

¿Candidato a ganar la FedEx Cup? ¿De verdad? Pues así es. Mientras no se demuestre lo contrario, Glover es en estos momentos, a 15 de agosto de 2023, el jugador más eficiente del mundo.

¿Que esto cambia en un abrir y cerrar de ojos y que, como él mismo ha recordado esta semana, conviene no pensar mucho en ello y disfrutar el momento mientras dure, hasta la última gota del manantial? Pues es cierto.

¿Que estamos hablando de un veterano jugador de 43 años que bien podría dejarse ir, aunque fuera inconscientemente, mucho más que satisfecho y colmado con el cuento de hadas que ya ha protagonizado? Pues también es verdad. Pero hay que insistir: mientras alguien no ponga las cosas en su sitio, Glover se ha ganado el crédito suficiente como para considerarlo aspirante a todo.

Las carambolas cósmicas se producen, como hoy ha ocurrido en el TPC Southwind, pero luego hay que estar ahí para sacarles partido, para hacerlas buenas. A eso también se le llama eficiencia: hacer lo que haya que hacer para redondear con éxito una tarea. Porque algo así como una carambola cósmica es que ninguno de tus inmediatos perseguidores en la lucha por el triunfo sea capaz de apretar de verdad en la ronda decisiva. Cuatro eran en un principio, según dictaba la tabla, pero Taylor Moore (-12), compañero de Glover en el partido estelar, jugaba por encima del par; Jordan Spieth (-11) y Max Homa (-11) no pasaban del par del campo; y sólo Tommy Fleetwood (-14) conseguía firmar una tarjeta por debajo del par, aunque insuficiente, en un campo donde se han visto durante toda la semana registros bajos…

Quedaba la otra posibilidad, la de que algún candidato de segunda línea fuera quien apretara de verdad, y esa es la que se dio, puesto que eran Cantlay y McIlroy quienes firmaban tarjetas de 64 y 65 golpes, respectivamente, aunque al primero de ellos sólo le daba para alcanzar el desempate. Y en ese punto se completaba la gran carambola, pues el californiano la echaba al agua desde el tee y a Glover le valía con el par para llevarse el torneo.

Pero tenía que hacer el par y lo hizo. Antes de llegar a semejante encrucijada aún se enfrentó a una situación mucho más peliaguda. En el hoyo 13 salvaba un par de locura, embocando un putt de más de seis metros; pero es que a continuación, en el 14, par 3, mandaba la bola al agua desde el tee y luego salvaba el bogey enchufando un putt de casi nueve metros…

¿Carambola cósmica? Bueno, en realidad era él, Glover, quien empuñaba el putter y ejecutaba el golpe, no había detrás ninguna fuerza superior, ninguna energía sideral que lo guiara… Había que estar ahí y hacer lo que él ha hecho. Del mismo modo que poco después volvía a salvar otro par en el 17 embocando desde algo más de tres metros. Es obvio que Glover llegaba un poco justo al último tercio de la vuelta, y que la presión apretaba, y hasta es posible que de diez veces que se diese toda esta situación, en ocho o nueve el desenlace habría sido otro, pero la cuestión es que de un modo u otro se las ha arreglado para hacer exacta y justamente lo que tocaba hacer. A ver, contémoslo todo: también es muy cierto que se había dejado por el camino hasta tres buenas opciones de birdie, así que no todo fueron goles de penalti en el último minuto de la prórroga…

¿Y ahora qué? Pues no le queda más que el bendito remedio de ir a jugar sin ninguna presión y toda la ilusión del mundo el segundo play off, el BMW de la próxima semana, y comprobar si queda algo que rascar en la mina. Cualquiera echa a este experimentado surfero de la cresta de la ola. Y no de una ola cualquiera; de la ola de su vida.

Resultados finales del FedEx St. Jude Championship