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Crónica de la tercera jornada del Fedex St. Jude Championship

Glover cimenta con hormigón el castillo de naipes

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Lucas Glover en la tercera ronda del FedEx St. Jude Championship. © PGA Tour
Lucas Glover. © PGA Tour

Lucas Glover (-14) se mantiene como líder en solitario del FedEx St. Jude Championship, primer play off de la FedEx Cup. Y ahí, como líder, permanece intacta esa proyección de número 3 del ranking, toda una maniobra heroica, veremos si con buen final. Sea como sea, gane o no gane mañana, sí parece tener garantizada su presencia en el segundo play off, lo que en sí mismo ya es una hazaña, viniendo de donde venía.

Así es el golf. Nadie contaba con Glover hace unos días y ahora, a los hechos hay que remitirse, se maneja con una soltura y autoridad propias de un top ten mundial consolidado. Y así, como él decía, hasta que se agote el manantial de agua fresca y cristalina…

Y eso que no andaba contento al finalizar la ronda. Entiende Glover que el de este sábado no ha sido su mejor día de juego, pero valora enormemente, por experiencia (y humildad), el hecho de haber sido capaz de haber firmado un 66 sin su mejor versión. Esta es la gracia del asunto: Glover ha alcanzado de golpe y porrazo el estatus de los elegidos, aquel en el que un jugador es capaz de jugar muy bajo sin tener un gran día. Algo así como ser capaz de cimentar con hormigón un castillo de naipes. “Si hace tres meses me hubiera enfadado con un 66 estaría loco, pues ahora igual… He fallado algunos golpes, pero no ha sido por nervios, sólo han sido malos golpes, porque me he sentido bien en el campo. Estoy en un buen lugar, son cosas que puedo trabajar y salir mañana de nuevo con el mejor estado de ánimo”, comentaba.

Las cosas como son: damos todos por hecho que antes o después, en efecto, se agotará, pero su golf, su saber estar en el campo, nos han dicho lo contrario una jornada más. Glover sólo suma dos bogeys en 54 hoyos y, si bien arrancaba hoy enchufando un purazo de más de doce metros en el hoyo 1, lo cierto es que en el tramo final de su vuelta se dejaba por el camino excelentes opciones de birdie que podían haberle concedido una renta mayor. Sea como sea, sigue mostrándose intratable, por una vía o por otra, muy capaz de minimizar errores (excelente hoy su juego corto), de exprimir al máximo sus puntos fuertes y de sacarle punta de verdad a esa desbordante confianza que ahora mismo lo adorna.

No, no es el veterano líder un tipo que vaya a arrugarse, tiene muchos tiros dados y viene de ganar la semana pasada, pero es cierto que el remate dominical siempre es lo más complicado. Taylor Moore (-13), Tommy Fleetwood (-12), Max Homa (-11) y Jordan Spieth (-11) parecen las alternativas más serias, según dicta ahora mismo la clasificación, aunque tal y como está el campo, muy tierno y ‘entrable’, no hay que descartar la irrupción de algún otro jugador que pueda, por ejemplo, repetir o acercarse al 61 de hoy de Justin Rose. Incluso superarlo. “Hoy ha habido un momento en el que miraba al 59”, señalaba el jugador inglés, “y creo que con estos jugadores en el campo es posible ese resultado. Sólo un campo firme y duro quita de la ecuación un registro de 59 golpes y no es el caso”.

Rory McIlroy (-9) se ha quedado algo descolgado con su tarjeta de 68 golpes, pero bien podría protagonizar él ese papel de caballo al galope y desbocado en la ronda final. Le cuadra, desde luego, siempre y cuando su putter se porte. Scottie Scheffler (-6), por su parte, hoy ha flaqueado (vuelta de 71) y es desde luego noticia que algo así ocurra. No nos equivoquemos con Scheffler, de todos modos: probablemente ha sido hoy uno de los mejores jugadores de tee a green en el TPC Southwind, pero lo suyo en los greenes ha sido de manicomio, siendo el peor jugador del día con el putter en las manos. Han sido innumerables las ocasiones más que razonables de birdie que dejaba escapar, sobre todo en los dos primeros tercios de su vuelta, convirtiendo sólo uno desde algo más de un metro de distancia. Para colmo, erraba dos putts cortos de par y cerraba una ronda absolutamente desgraciada en esta parcela del juego. No es broma: lo que podía (y hasta debía) haber sido una ronda de cinco, seis y hasta siete menos, que le hubiera llevado a las proximidades del liderato, si no a la mismísima cabeza del torneo, quedaba en un pobre registro de una más… Será mejor no perderlo de vista todavía.

Igual que a Jon Rahm (-3), que mañana puede protagonizar otra sonada remontada, aunque en ningún caso fuera para llegar a inquietar a los últimos partidos. El español ha pateado notablemente durante toda la semana y sólo tiene que conseguir regatear con cintura fina esas abruptas situaciones puntuales que lo han relegado tanto en la tabla.

Resultados en directo del Fedex St. Jude Championship