– Justin Rose se unía ayer al club selecto de jugadores que atesoran el récord del TPC Southwind con su vuelta de 61 golpes, resultado que ya firmaron Tom Lewis en 2020, Bob Estes en 2001 y Jay Delsing en 1993. ¿Alguien da más? ¿Podríamos ver este domingo a algún jugador entregar un 60 y quedarse como único propietario del récord?
Rory McIlroy, por ejemplo, no se corta nada a la hora de ponerse metas. Entiende el norirlandés que su torneo, hasta ahora, está siendo más bien “neutro”, así lo define él. Y pese a todo, razona Rory, está ahí con -9, a cinco golpes de la cabeza. “En estas primeras tres rondas he tomado algunas malas decisiones, pero siento que si elimino esto todavía puedo encenderme y correr. Creo que necesitaría un 61 o un 62, lo que ha hecho Rose, para darme una oportunidad, pero creo que es posible”. ¿Y por qué no un 60? No es arrogancia lo suyo, como tampoco era Tiger arrogante en su día cuando necesitaba remontar y no tenía reparos en hacer públicas las cuentas que tenía en la cabeza, por vertiginosas que fueran. No es arrogancia, es que estos tipos realmente se ven con opciones de cuadrar los números, sean los que sean.
– Esta es la gracia de este TPC Southwind, tal y como lo tenemos esta semana, con los greenes tiernos: quien coge muchas calles puede darse muchas oportunidades de birdie. Rory ha sido de los mejores en este apartado (29/42 calles cogidas), y también ha cazado muchos greenes en regulación, pero el invento del putter nuevo, ese que cogía del garaje unos días antes de llegar a Memphis, no le ha ido tan bien. Ayer, incluso, tuvo que recortarlo una pulgada antes de salir a jugar, porque no se sentía del todo cómodo. Dijo que había tomado esta decisión, la de cambiar de putter, sólo por “refrescar”, pero las improvisaciones no siempre salen bien. Tampoco ha estado nada brillante en las recuperaciones alrededor de green (9/16), así que por ahí pueden ir los tiros: si Rory anda fino hoy en los greenes y alrededores, ojito con él. Y ojito con el récord. Desde luego, ya que establecíamos el paralelismo, Tiger era mucho más fiable en estas parcelas del juego…
– Lucas Glover lleva 196 golpes en tres rondas y éste es el segundo mejor registro de su carrera en 54 hoyos. Lo gracioso es que el mejor lo firmaba la semana pasada en el Wyndham, donde sumó 192 golpes en las tres primeras rondas. Luego terminaría ganando. Pues sí, parece que en estas dos semanas está jugando el mejor golf de su vida, siempre con el permiso de aquel US Open que ganaba en 2009. Oiga usted, que un US Open es un US Open.
– El campo lo abren hoy domingo a las siete de la mañana locales Sepp Straka y Wyndham Clark, los primeros por la cola en la tabla. Qué cosas: tampoco sería tan extraño verlos de nuevo emparejados en los individuales de la Ryder. Jon Rahm, por cierto, sale hoy a jugar junto a Hideki Matsuyama a partir de las 16,25 (horario peninsular español). A ver si al final el récord del campo al que se refería Rory no va a salir de este partido… Con Jon todo es posible. Y con Hideki, la verdad, pues casi que también.
– Tommy Fleetwood sale a dos golpes de la cabeza, en el penúltimo partido, junto a Max Homa. ¿Ha llegado la hora del inglés en el PGA Tour? En sus últimas cinco apariciones en este circuito ha cosechado cuatro top ten, incluyendo aquel excelente segundo puesto en Canadá, así que parece en mejor disposición que nunca de estrenar su casillero de triunfos a aquel lado del Atlántico.
– Al margen de la espectacular operación de Glover, que ganando se situaría como número 3 de la FedEx y obviamente se aseguraría su presencia en el Tour Championship, hay otros nombres que conviene vigilar. El de Cameron Davis, que arrancaba la semana en el puesto 62 y se ha dejado una espléndida opción de meterse entre los cincuenta mejores que juegan el BMW la semana que viene, puesto que hoy parte proyectado en el número 49. Y el de Mackenzie Hughes, que llegaba a Memphis como número 47 y hoy parte en el 51, justo fuera del corte de los play offs.
– Tampoco, por supuesto, debe descartarse hoy la posibilidad de un desempate por el triunfo. Si se da el caso, se jugaría de este modo, siempre y cuando fuera necesario seguir desempatando: 18, 18, 11, 12 y 18.
