Rafael Cabrera Bello no se dejaba llevar por el mal sabor de boca de la semifinal ante Louis Oosthuizen ni por las malas sensaciones que había experimentado en los greenes, sin un maldito birdie que llevarse a la boca en aquel partido. Así, ante Rory McIlroy, en la final de consolación, iba entrando en calor poco a poco hasta romper por fin la racha en el hoyo 6 con un gran birdie, embocando desde seis metros. No le valía para ganar el hoyo pues Rory también convirtió el suyo, pero sí para soltar lastre de ansiedad y frustración. A partir de ahí todo fue un poquito más sencillo, aún más después de enchufar un precioso puro en el 11 desde casi nueve metros. Si los cortos no habían entrado por la mañana, habría que meter los largos por la tarde…
Cabrera Bello ha ganado la final de consolación con autoridad (3 y 2) y sería una necedad innecesaria afirmar que lo ha hecho ante el mejor Rory. El norirlandés no ha podido mostrar su mejor versión, como tampoco lo había hecho ante Day en la semifinal. No será porque no quería. Son cosas del golf y a Rafa no le hacía falta una reafirmación de ese calibre. Simplemente bastaba con ganarle. Y nunca es sencillo. Hay que ver el hueco y acertar a aprovechar la debilidad o indecisión del rival. El español, además, decantaba el partido a base de birdies (hoyos 14 y 16) y todavía estaba a punto de cerrar su participación con un eagle en el 16, pero la bola se quedaba casi asomada al hoyo.
El botín que se lleva del Austin Country Club (magnífico escenario para este formato match play, hay que insistir) es de los que hacen época. Seguramente, además, marque un antes y un después en la carrera del español. Entre otras cosas porque la posibilidad de mudarse a Estados Unidos a partir de octubre es más que real. Rafa nunca ha ocultado que una de sus metas es jugar en el PGA Tour y ahora lo tiene verdaderamente cerca, toda vez que sus ganancias en los dos WGC que ha disputado le sitúan a las puertas, si no dentro.
Se marcha de Austin con la etiqueta de ser el primer jugador español en acabar tercero en este torneo del K. O. Y con los Juegos Olímpicos más que amarrados (mucho van a tener que apretar sus compañeros de la Armada para sacarlo). Se marcha Número 2 de la Race to Dubai en la presente temporada, sólo por detrás de Oosthuizen; dentro del equipo de la Ryder y del top-40 del mundo (36º), con el billete para Augusta flamante en el bolsillo…
Se marcha, sobre todo, plenamente consciente de cuál es su lugar en el planeta golf, por si no lo era ya. Ahí arriba, disputándole a los grandes monstruos lo que toque disputarles y birlando cuantos trozos de la tarta se puedan birlar. Resultados finales.
