Inicio Grandes Circuitos Revolución amateur

Revolución amateur

Compartir

Quédense con estos nombres: Brian Campbell, Jack Maguire, Ollie Schniederjans, Beau Hossler, Denny McCarthy y Nick Hardy. Los seis son amateurs y los seis han pasado el corte. Es el número más elevado en el US Open desde 1966, cuando también lo consiguieron seis jugadores. Por cierto, entre aquellos del 66, algunos nombres que les sonarán de algo: Johnny Miller o Hale Irwin. Sí, los dos ganaron después el US Open. También estaba Deane Beman, jefazo del PGA Tour durante muchos años y el jugador que popularizó los libros de yardas. Otra curiosidad: aquel US Open del que hablamos se disputó también en la costa oeste, en el Olympic de San Francisco.

Haríamos bien, pues, en apuntarnos los nombres de estos seis jugadores. Si no todos, seguro que muchos de ellos van a dar que hablar en el futuro. Hossler, que ya despuntó en el US Open del Olympic en 2012, Schniederjans y Maguire vienen de ganar la Palmer Cup el pasado fin se semana. Hossler, por cierto, logró el punto definitivo en su duelo individual contra el español Pep Anglés.

La pregunta del millón es por qué ha sido precisamente en Chambers Bay donde se ha igualado un registro nunca visto en los últimos 50 años. Qué tiene el recorrido de Washington que ha permitido brillar de esta manera a los amateurs.

Sinceramente, parece demasiado atrevido dar una explicación concreta y directa. Seguramente, será una mezcla de circunstancias. Vale su peso en oro el hecho de que estemos ante un campo nuevo, casi virgen, que nadie conocía. Esto iguala las fuerzas. Normalmente, el US Open se va moviendo por diferentes sedes de Estados Unidos y son muchas las que van repitiendo cada cierto tiempo. Esto proporciona un valioso nivel de conocimiento a los profesionales que llevan años en el circuito frente a los amateurs que se enfrentan por primera vez a un US Open y en ese recorrido. En este sentido, Chambers Bay iguala las fuerzas.

Otro factor trascendental es, precisamente, la figura de Jordan Spieth. El texano tiene 21 años y ha provocado una especie de efecto llamada. Ya saben, aquello de si él puede, yo también. Muchos de los que han pasado el corte son contemporáneos de Spieth, han jugado en la Universidad con, o contra él, han perdido y han ganado otras muchas veces. En plata, los jóvenes se quitan complejos de encima si ven a uno de los suyos ganando el Masters de Augusta. Si el golf es el deporte de la confianza, imagínense lo que puede generar ver a uno de los tuyos haciendo historia. Se está creando una nueva generación en Estados Unidos que camina a la vera de Spieth, y en la que también hay que incluir, por supuesto, a Patrick Reed, el otro líder del US Open. Reed tiene 24 años. Es la primera vez que dos jugadores menores de 25 años lideran un US Open después de dos rondas.

Por cierto, ya que hablamos de los amateurs, algunas consideraciones estadísticas más que interesantes:

Brian Campbell (12º) ha conseguido 11 birdies, el que más en Chambers Bay junto a Patrick Reed y J.B. Holmes. Además, es el mejor en la estadística de putt del US Open (58), junto a Alexander Levy.

Ollie Schnierderjans es el jugador más largo del torneo (342,8 yardas de media, diez más que, por ejemplo, Dustin Johnson). Además, es el tercer mejor pateador. Mezcla explosiva para un golfista con un un porvenir espectacular.

– De los seis amateurs que han pasado el corte, el único que jugó el US Amateur en Chambers Bay en 2010 es Denny McCarthy. Cayó en treintaydosavos de final.

– Cerramos este capítulo estadístico de amateurs con Nick Hardy. El responsable (con su bogey) de que quince jugadores más entraran ayer en el corte a última hora, ha cometido la proeza de pasar el corte con un solo birdie en 36 hoyos. Sólo él y Ryan Palmer jugarán el fin de semana con un bagaje tan pobre de aciertos. Por cierto, el único jugador que se marcha de Chambers Bay sin hacer birdies es Billy Hurley III.