Jon Rahm ha perdido en su debut en el WGC Dell Technologies Match Play contra Rickie Fowler por 2 y 1. El golfista de Barrika se pone contra las cuerdas en el torneo. Superar la fase de grupos ya no está exclusivamente en sus manos. Si Fowler venciera los dos partidos que les restan ya no habría manera.
Eso sí, que no dependa completamente de sí mismo no significa que no tenga opciones de acabar primero de grupo. Pasa, eso sí, por no volver a perder. Ante Keith Mitchell mañana y frente a Billy Horschel el viernes tendrá que sumar como mínimo un punto y medio para tener alguna opción de llegar al desempate. Con dos victorias, como es lógico, aumentarían sus posibilidades, aunque seguiría en manos de lo que haga Fowler, que en algún momento se tendría que dejar como mínimo un punto, ya sea con una derrota o con dos empates.
Rahm ha caído hoy contra Fowler en un partido que comenzó bien. Arrancó jugando el de Barrika mejor que su rival y muy pronto se puso dos arriba. Ganó el hoyo 1 con un par y el hoyo 3 con un gran birdie después de pegar un gran hierro. La sensación que ofrecía Jon, sobre todo desde el tee, era muy poderosa, mientras que a Fowler se le notaba más endeble, le costó un mundo encontrar las calles del Austin Country Club.
Sin embargo, al gran golf desplegado por el español desde el tee no fue capaz de darle continuidad con el resto del juego. Los hierros no estuvieron a la altura. De hecho, en los 17 hoyos que jugó, sólo pegó dos grandes hierros, el citado del hoyo 3 y el segundo del 16 para dejarse una gran opción de birdie. Empezó a flojear con los segundos golpes y terminó de condenarse con el putt. En los greenes entregó el punto a Fowler. Tres tripateos mortales de necesidad.
El primero llegó en el hoyo 11, quizá el más inesperado de todos. Ahí Jon todavía venía mandando en el partido y se le fue la mano, quizá por exceso de agresividad buscando el birdie desde poco más de nueve metros. Después, falló el de vuelta. Fue un error no forzado que metió a Fowler en el partido. El siguiente tripateo llegó en el 12. Cazó el green de este par 5 de dos y volvió a necesitar tres putts. Su par perdió contra el birdie de Fowler, que hizo dos putts. El putt de eagle de Jon tenía 13 metros. Ahí se colocaba por primera vez por debajo en el marcador.
Por último, volvía a tripatear en el 15 para firmar su sentencia. Aquí le cabe la explicación de que estaba contra las cuerdas y le tocaba ser agresivo, pero no le salió. Tampoco metió el de eagle del 16 que le habría dado algo de vida. Los dos únicos putts buenos que embocó en toda la vuelta fueron en el hoyo 3 y en el 13. Dos buenos putts y dos buenos hierros. Poco bagaje.
De hecho, Fowler tampoco hizo nada del otro mundo para ganar el partido. No fue una exhibición ni nada parecido. Aprovechó mejor sus oportunidades, estuvo más sereno en los greenes y pegó mejores golpes cuando estuvo en buenas posiciones, aunque no siempre las aprovechara.
Se acabó el margen de error para Jon. Mañana no puede fallar ante Keith Mitchell, que ha empatado con Billy Horschel.
En la página del PGA Tour aparecen empatados Keith Mitchell y Billy Horschel. Si Jon gana los dos partidos que le quedan y Fowler pierde los dos que le quedan, pasaría Jon.