Inicio WGC WGC México Championship Luces y tinieblas para la Armada en el final del WGC México

Luces y tinieblas para la Armada en el final del WGC México

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Rafa Cabrera Bello. (© Golffile | Ken Murray)

La risa va por barrios entre los españoles tras la última ronda del WGC México Championship. Un torneo de golf tiene mil historias en sí mismo y, lógicamente, cada jugador es un mundo. Más allá del magnífico tercer puesto de Jon Rahm y su recién adquirida condición de Número Dos del ranking mundial, la realidad es que las sensaciones entre el resto de los otros españoles presentes en este Campeonato del Mundo son muy diferentes.

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Rafa Cabrera Bello y Sergio García se marchan de Chapultepec fortalecidos, mientras que Jorge Campillo y Pablo Larrazábal se llevan en la maleta más dudas que certezas. Pero vamos por partes…

Tanto Rafa como Sergio saben que están para objetivos más importantes que los logrados esta semana. A Rafa le puede servir y venir bien un puesto 16º en su principal tarea de mantener los derechos del PGA Tour un año más, pero no es suficiente para un golfista que ya se ha movido con comodidad en los primeros puestos de los grandes eventos.

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Sea como fuere, cada uno es él y sus circunstancias y si tenemos en cuenta que Rafa llegó a Riviera la semana pasada con alguna que otra nube negra sobre su swing, enlazar dos semanas seguidas entre los 17 primeros, con más vueltas bajo par que sobre y peleando con los mejores del mundo, es un refuerzo. La semana pasada fue un punto de inflexión y ésta es otro paso adelante. Las dudas sobre su swing han desaparecido y Rafa ya es más Rafa. Saldrán torneos buenos y malos, pero no por preocuparse de cosas que en los últimos años ni existían en su cabeza. Ahora, al fin, sólo debe pensar en el campo en competir de la mejor manera posible… y no es poco. Ha terminado en el puesto 16º, con un total de -7 y una vuelta final de 68 golpes, siete bajo par el fin de semana. Regresa a la competición en el Arnold Palmer de Bay Hill dentro de una semana. Los próximos días lo podrán ver, con suerte, relajado en alguna playa de Los Ángeles después de haber enlazado seis semanas seguidas jugando por todo el mundo. «De los siete días de la semana, cogeré el palo sólo uno», asegura a Ten Golf.

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Sergio García ha soltado mucho lastre este domingo. Ha firmado una vuelta de 66 golpes, cinco bajo par, y ha terminado con -2 en el total, puesto 37º. Ni que decir tiene que ha terminado por muy debajo de sus estándares y objetivos, pero la vuelta final le insufla una bocanada de confianza que le hacía falta. Han sido cinco birdies sin fallo, con tres de ellos en los últimos cuatro hoyos, y metiendo algún putt muy bueno como en el hoyo 8 de birdie, de unos seis metros, y en el 2 para par, desde unos tres. Dos rondas seguidas bajo par. En definitiva, un refuerzo para esa línea de trabajo. El próximo torneo de Sergio es el THE PLAYERS.

Pablo Larrazábal se ha despedido de México con una ronda de 75 golpes para un total de +6. Se marcha algo tocado. Llegaba con mucha confianza y la moral por las nubes. Sabe que está pegando bien a la bola y estaba convencido de que iba a estar más arriba esta semana, o al menos que iba a competir mejor. Ha tenido buenas fases, pero al final se va más cargado de la cuenta y muy atrás en la clasificación. Piensa que ha dado un paso atrás en esa construcción del nuevo swing que está llevando a cabo con Robert Rock, aunque la realidad se debe más al calentón del momento que otra cosa. Larrazábal está más fiable que nunca y, simplemente, se le ha atragantado otra vez una semana grande, seguramente más por un tema mental que técnico. Pablo se marcha directo a Omán para jugar la próxima semana la cita del European Tour.

Jorge Campillo no despeja las dudas. Hoy marchaba muy bien, con dos bajo par a falta de cinco hoyos, pero ha terminado como el rosario de la aurora. Un parcial de seis más entre los hoyos 5 y 8 ha arruinado una vuelta que iba bien. Da la sensación de que al extremeño le está costando este año superar los malos momentos que siempre llegan en una ronda de golf. Seguro que Omán veremos una nueva versión más poderosa y más acorde a su estatus de jugador. Necesita agarrar confianza y nada mejor que en un torneo donde el año pasado acabó segundo.