Toca palpar el ambiente del equipo español después de la mala segunda jornada en los Juegos Olímpicos. No es fácil dar la cara después de una jornada que deja un sabor muy amargo. Más allá de los resultados, la sensación ha sido la de un globo que se pincha, ya que el comienzo del torneo fue realmente prometedor por parte de Azahara Muñoz y Carlota Ciganda. Las medallas quedan ahora muy lejos y el ánimo está tocado, lo contrario sería mentir, pero ninguna de ellas tira la toalla. Parece que se jugarán 72 hoyos, por lo que aún hay margen para hacer cosas.
Nadie mejor que Marcelo Prieto para trasladarnos cómo se están viviendo estas horas en el cuartel general del conjunto español en Kasumigaseki. «Estamos de bajón total, pero ahora toca subir la moral del equipo, subirlo a tope. La buena noticia es que quieren se jueguen 72 hoyos como sea. Se comenta que el sábado podríamos salir por dos tees desde las 6.30 hasta las 8.30 y que la última carta sería jugar el domingo temprano, pero la intención es jugar los cuatro días, así que tenemos margen», asegura con su habitual energía positiva.
Marcelo no niega que el día ha sido duro. Nadie esperaba unos resultados así, y mucho menos las chicas. «Estábamos muy ilusionados, Azahara y Carlota estaban contentas, pegando bien, pero hoy ha sido un palo grande», admite. En cuanto a Azahara, la clave bien pudo estar en el hoyo 7. «Ha salido jugando bien, pero en el 3 hizo bogey y después encadenó otro en el 7 donde falló un putt de un metro para par. A partir de ahí no metió un putt, pero no quiere decir que los tirara mal, para nada. Prácticamente en todos tocó el hoyo, pero no ha tenido fortuna, se empezó a desesperar y tensar y se le escapó alguna salida a la izquierda. Su mayor frustración es que no ha jugado para hacer +5. Ha terminado fastidiada por no poder sujetar la vuelta», explica el capitán del equipo.
En cuanto a Carlota, un mal golpe en el hoyo 1 condición su vuelta. «Después de un calentamiento de una hora perfecto, pegando muy buenos golpes, ha tenido un tiro desafortunado en el 1. Desde 90 metros, su tercer golpe, le pegó mal, casi con la varilla, y eso le metió un poco de miedo y desconfianza. Ha hecho muchos birdies, un eagle, pero ha sido inconsistente de tee a green. Tiró de oficio y talento para sujetar más o menos la vuelta con dos dobles bogeys», apunta.
En cuanto a lo que resta de Juegos Olímpicos, Marcelo no pone paños calientes, tiene claro que el objetivo de las medallas está muy difícil, pero al mismo tiempo tiene claro que cualquier posibilidad pasa irremediablemente por sacar el mejor golf. «Mañana y pasado no va a ser suficiente con jugar bien, tenemos que rozar la excelencia para intentar llegar lo más alto posible. Si no rozamos la excelencia no lo veo tan claro. Ahora toca levantarnos como sea. Carlota y Azahara tienen mucho potencial y no están jugando mal. Toca remar. Hay que hacer dos grandes vueltas y ya veremos dónde podemos llegar», sentencia.
