– Los dos oros olímpicos del golf desde su reciente reingreso en los Juegos, Justin Rose y Xander Schauffele, son de peso y hasta cierto punto predecibles o pronosticables. Sin embargo, este deporte, más que ningún otro, siempre termina enseñándonos su sempiterna vertiente imprevisible: si hubiéramos tenido que apostar todo nuestro patrimonio a un solo nombre entre los siete candidatos a la medalla de bronce, en la mayoría de los casos C. T. Pan hubiera sido la última o penúltima elección, incluso después de haber firmado un 63 en la última ronda (ahí estaban en la pugna los Morikawa, McIlroy, Matsuyama y Casey, entre otros).
– Si hubiera una clasificación por equipos (ya están tardando en crearla), en la que lógicamente contasen los dos mejores resultados, Estados Unidos habría ganado el oro con la victoria de Schauffele y el cuarto puesto de Morikawa, pero es que la plata se la habrían colgado los chilenos Mito Pereira (4º) y Niemann (10º). Lo dicho: viva el golf y su sempiterna vertiente imprevisible, aunque la meteórica progresión de Mito Pereira, seamos justos, tampoco sorprenda ya demasiado: es un jugadorazo. A Chile, por cierto, no le habría venido nada mal, pues con esta medalla, hoy virtual, se habría estrenado en el medallero en estos Juegos.
– Paul Casey, otra vez ahí, merodeando el top 3 o la victoria, esta vez luchando por una medalla en el multitudinario desempate. Como en el US Open (7º). Como en el PGA (4º). Como en el THE PLAYERS (5º). Vaya 2021 que lleva de ‘merodeador’, aunque es inevitable pensar qué tipo de carrera habría sido la suya de haber tenido algo más de ‘punch’ final. Bueno, pues a pesar de todo, recordemos que el inglés suma 19 triunfos profesionales en los últimos veinte años. Y Harrington, tan contento por tenerlo en el equipo europeo dentro unas semanas…
– Nos quedamos en el equipo europeo de la Ryder, visto a través del prisma olímpico. La actuación de Rory McIlroy es otra excelente noticia. Ha jugado en modo campeón y sólo los pequeños detalles lo dejaban fuera de la lucha por el oro. Incluso hay que valorar como positiva la ligera reacción de Tommy Fleetwood, un tipo que ya se ha ganado un puesto fijo en la escuadra de Harrington, pero que andaba algo mustio. Si el inglés recupera su ‘ángel’ Europa tendrá mucho terreno ganado.
– Y ya que hemos citado a Casey (4º) y Fleetwood (16º), los dos componentes de Gran Bretaña, señalemos también que ellos se hubieran llevado el bronce en la virtual y valiosísima competición por equipos, por delante de la Irlanda de McIlroy (4º) y Lowry (22º).
– Hay que insistir en la idea de que el golf pudiera repartir más medallas en distintos formatos, tal y como ocurre en otras muchas especialidades. Una opción ya está más que apuntada: la clasificación combinada por equipos para aquellos países que acudan con dos competidores. Pero habría más posibilidades, de lo más emocionantes… ¿Qué tal, por ejemplo, algo así como un foursome o un fourball mixto, aprovechando la eclosión, el tirón y el éxito de las pruebas mixtas en estos Juegos de Tokio? Tal posibilidad plantearía, seguro, problemas de calendario a las grandes estrellas, pero seguro que podrían encontrarse soluciones.
