Bendita costumbre esta de Jon Rahm (-9) de marcharse a la cama con un birdie en el zurrón. Lo hizo el jueves jugando un hoyo 18 de libro y lo ha hecho también este viernes con un soberbio putt de casi cuatro metros en el hoyo 9. Dos menos en el día. Siete pares y dos birdies. Segundo. A tres de Brooks Koepka (-12).
Al de Barrika no le dio tiempo a mucho más en esta caótica jornada de Viernes Santo en Augusta, después de una pequeña interrupción de 21 minutos por tormenta eléctrica y otra más definitiva por la aparatosa caída de tres árboles junto al tee del hoyo 17. La semana demandaba cintura por los posibles parones y Rahm ha demostrado que la suya poco tiene que envidiar a la de Shakira. En el primer bocinazo se dejó un putt comprometido de par de unos dos metros en el hoyo 7 y a su regreso lo metió, con autoridad, y le añadió dos birdies más en el 8 y en el 9 para gritarle a Koepka aquí estoy yo.
La segunda y definitiva suspensión ha pillado a Rahm en el green del hoyo 10, con un largo putt de birdie de unos 16 metros. Eso es lo primero a lo que se enfrentará este sábado cuando se reanude el juego a las ocho de la mañana hora local, dos de la tarde en la España peninsular. No es mala manera de adentrarse en el apocalipsis, que es más o menos lo que se espera en las próximas horas en Augusta. El parte anuncia tormentas eléctricas hasta las ocho de la mañana, una drástica bajada de las temperaturas con 14 grados de máxima (hoy hemos superado con creces los 30), lluvia, mucha lluvia, que en ocasiones se puede convertir en chaparrón de los gordos y viento que podría alcanzar los 45 kilómetros por hora. Una auténtica monería.
A la vista de lo que muestra el radar, hay que darle aún más valor a esos dos últimos birdies de Jon hoy viernes. Había que almacenar grano antes de la llegada del general invierno, y eso es lo que ha hecho el vizcaíno. Su parcial de dos bajo par es sensacional, por el resultado en sí y por cómo lo ha hecho. El juego no ha fluido como ayer, ha fallado calles (1, 7, 8 y 9), se ha dejado también varios greenes por el camino, no ha cazado ninguno de los dos pares 5 de dos y aún así ha firmado siete pares y dos birdies. Lo decía Olazábal, que algo sabe de esto. «Lo importante es hacer resultado el día que no esté tan bien el juego». Jon escucha a sus maestros.
La clave de este viernes ha sido el juego corto y el putt de Jon. Sus approachs en el 1, 6 y 7 (desde el búnker) han sido para ponerlos en las escuelas. Además, ha metido tres putts muy buenos, los dos de birdie en el 8 y 9, y el de par en el 7. Después de 27 hoyos disputados, Jon demuestra que todas las parcelas de su juego están engrasadas y ha recogido el guante de Koepka. Toca seguir en esta misma línea en los 45 hoyos restantes.
Así las cosas, Koepka (-12), con su vuelta acabada, manda en el Masters con tres golpes de ventaja sobre Rahm, al que le quedan ocho hoyos y un green, cuatro sobre el amateur Sam Bennett (-8), también acabado, y seis sobre Collin Morikawa (-6), 36 hoyos completados, y Viktor Hovland (-6), al que le quedan siete y un putt de par corto en el hoyo 11. A siete, una distancia considerable, están ya Jason Day, Sam Burns y Jordan Spieth, con su segunda ronda cerrada, y Cameron Young, al que le quedan los mismos hoyos que a Rahm, con un putt de tres metros de birdie en el hoyo 10.
El corte está situado ahora mismo en +2, por lo que se quedarían fuera jugadores como Horschel (+3), Molinari (+4), DeChambeau (+4), McIlroy (+5) o Sergio García (+5), aunque habrá que ver dónde termina ese corte. El +2, donde está Tiger Woods a falta de siete hoyos, es puesto 50º, el +3 es puesto 52º y el +4 es puesto 56º ahora mismo. La lógica indica que si las condiciones son tan malas como se espera y no hay suspensiones, el +4 debería entrar e igual hasta tiene opciones el +5, pero todo dependerá de lo que se juegue y cómo se juegue. McIlroy ya ha terminado, sólo le queda espera, mientras que a Sergio le quedan un putt de birdie en el 15 y tres hoyos más para salirse del alambre.
Obviamente, a bote pronto, Rahm no ha salido beneficiado con el tiempo, puesto que en teoría tendrá que jugar mañana nueve hoyos más que Koepka en las peores condiciones. En cualquier caso, es imposible saber qué va a ocurrir el sábado, cuánto se va a jugar y a quién va a perjudicar más. La madre naturaleza dictará sentencia y habrá que echarle cintura. Jon, que siga a lo suyo.
