Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2023 Las buenas costumbres de Tiger (y una pasmosa maldición que derribar)

Las buenas costumbres de Tiger (y una pasmosa maldición que derribar)

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Tiger Woods en el hoyo 2 del Augusta National durante la ronda de prácticas del domingo. © The Masters
Tiger Woods en el hoyo 2 del Augusta National durante la ronda de prácticas del domingo. © The Masters

Tiger Woods hacía ayer su entrada en la zona de prácticas del Augusta National pasadas las tres de la tarde. Una manera como otra cualquiera de empezar a preparar su vigésimo quinta participación en el Masters. Por allí andaban, entre otros, Jason Day, Tyrrell Hatton, Billy Horschel o Shane Lowry, así que, después de los pertinentes saludos, el de Cypress se ponía a dar bolas muy relajado durante tres cuartos de hora. En este tiempo sólo interrumpía el ejercicio para gastar algunas bromas con Day y también para mantener una pequeña charla con el máximo rector del Augusta National, Fred Ridley. ¿Guarda precisamente Ridley alguna pequeña o gran bomba para su comparecencia oficial del miércoles ante los medios? Si es así, es posible que Tiger ya sepa de ella…

Acto seguido, poco antes de las cuatro de la tarde, Woods se marchaba hacia el campo, pero pasaba de largo el tee del 1 y además sólo se llevaba los wedges y el putter. Iba a recorrer los primeros nueve, pero atendiendo sólo al juego corto alrededor de los greenes y al putt. ¿Nos suena de algo esta ‘estrategia’ de Tiger? Veamos. El año pasado, el de su regreso en este campo a la competición trece meses después del terrible accidente que sufrió en febrero de 2021, sí jugó el domingo los segundos nueve, y además a la misma hora, pero en esta ocasión prefería obrar de esta otra manera, tal y como hizo en 2019, el año de su último triunfo. En efecto, en 2019 salía al campo el domingo, a eso de las cuatro de la tarde, acarreando sólo los wedges y el putter… Una ‘buena costumbre’ que ha tenido a bien recuperar esta semana.

En el hoyo 2, el primer par 5 del recorrido, Tiger se volvía a encontrar con Jason Day. Y es seguro que el australiano no le preguntó por la maldición que persigue a Woods en este hoyo, entre otras cosas porque probablemente la desconozca, como casi todo el mundo. Porque es como para no dar crédito al asunto: en 94 vueltas de competición que Tiger ha completado en el Augusta National nunca ha sido capaz de hacerle un eagle a este par 5. No es que sea sencillo hacerlo, y además su acumulado histórico en este hoyo es de -33 (36 birdies, tres bogeys y 55 pares) pero estamos hablando del mejor jugador de la historia; de uno que, además, en sus primeras participaciones, pegaba en ocasiones un hierro 8 de segundo tiro a green si cogía pista, antes de aquella gran renovación del campo que en buena medida se llevó a cabo para defenderse de los bombazos del californiano…

Jon Rahm, por ejemplo, necesitó de seis intentos para hacer su primer eagle (lo convertía en la segunda ronda de su segunda participación en el torneo). Más llamativo es el caso de Scottie Scheffler, que firmaba el eagle en el hoyo 2 en su segunda ronda de competición oficial, la primera vez que jugaba el Masters (2020). Seguro que a un tipo que se han enfundado cinco veces la chaqueta verde no le importa demasiado este detalle estadístico. Pero tampoco nos engañemos: los grandes campeones nunca dejan de sacarse espinas, sean del tamaño y la trascendencia que sean.

Para terminar, señalemos que Tiger ha sumado en sus primeras 24 participaciones un total de doce eagles (tampoco parecen tantos, ¿verdad?): tres cayeron en el hoyo 8, cuatro en el hoyo 13 y cinco en el 15. Y un dato más, de lo más curioso: en sus últimas cuatro victorias en Augusta (2001, 2002, 2005 y 2019) Tiger Woods no hizo ni un solo eagle. Pues eso, que tampoco le preocupa demasiado.