Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2023 Scottie Scheffler: así funciona y piensa
Los números de Scottie Scheffler en el Augusta National

Scottie Scheffler: así funciona y piensa

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Scottie Scheffler durante la jornada de prácticas del lunes en Augusta National. © The Masters
Scottie Scheffler durante la jornada de prácticas del lunes en Augusta National. © The Masters

Scottie Scheffler, en boca de todos esta semana en Augusta. Como debe ser. Porque es el Número Uno y se ha erigido como tal, además, luchando a brazo partido con dos colosos como Jon Rahm y Rory McIlroy. Y porque es el defensor del título. Recordemos que sólo tres jugadores en la historia del torneo consiguieron revalidarlo: Jack Nickalus (1965 y 1966), Nick Faldo (1989 y 1990) y Tiger Woods (2001 y 2002). Pero recordemos asimismo que hace justo un año Scheffler también se plantaba en Augusta como Número Uno del mundo y confirmaba con la victoria su hegemonía de manera aplastante.

Cada vez quedan menos escépticos respecto a la inmensa proyección de este jugador. Por si acaso, conviene prestar mucha atención al escueto, pero jugosísimo comentario que le dedicaba ayer Jason Day. Se puso muy serio el australiano y lo hizo para enfatizar el mensaje: “Jugué con él en el Match Play y mira… Sé que es un buen pateador, pero si consigue estar regularmente entre los diez mejores pateadores del mundo, va a estar arriba mucho tiempo. Tiene una excelente cabeza sobre los hombros”.

No hay error en la valoración de Day. Y es que normalmente, desde fuera, a simple vista, solemos considerar a Scheffler como un pateador mucho mejor de lo que luego dicen las estadísticas. En la presente temporada el texano marcha en el puesto 98º en la estadística de Strokes Gained: Putting; el año pasado terminaba en el puesto 58º en la misma estadística; y en las dos anteriores ni siquiera se metía entre los cien primeros.

Se puede ver de otra manera y así lo entiende Day: cuando Scheffler tiene una buena semana de putt casi indefectiblemente está para ganar. Y cuando el australiano se refiere a esa cabeza tan bien puesta sobre los hombros, no se refiere sólo al control de las emociones y su excelente actitud competitiva, sino fundamentalmente a lo bien que juega al juego del golf. A lo poco que se equivoca. A su finura y lucidez en las situaciones de riesgo/recompensa.

Su corta pero intensísima y ya exitosa andadura en el Augusta National así lo confirma, puesto que hay pocos campos que exijan tanto a la hora de medir los riesgos. En cada hoyo. En cada disparo. Ha jugado ya tras ediciones del Masters, doce vueltas de competición, y su paso por los hoyos 10 y 11, por ejemplo, nos deja algunas pistas, precisamente porque son hoyos rompe vueltas. En el 10 suma diez pares, un birdie y un bogey. Y en el 11, once pares y un bogey. Para los no iniciados en la leyenda del coloso de Georgia, quizá resulte un botín rácano, y sin embargo el mismísimo Jack Nicklaus, en su mejor momento o Tiger Woods en el suyo, firmarían sin pestañear tales registros a estos hoyos en doce vueltas en el Augusta National.

Su as en la manga, hasta el día de hoy, es el hoyo 14. Es cierto que no es una de las paradas más complicadas del campo, pero su acumulado en doce vueltas es de -4, palabras mayores, y siempre ha sido capaz de hacerle birdie a la bandera del domingo. La clave del asunto es que este jugador no ha necesitado de una vasta experiencia en Augusta para entenderlo. En 2020, año de su estreno, entregaba tres tarjetas por debajo del par y una al par del campo (71-68-72-71). Y en las doce rondas de competición que ya ha disputado sólo encontramos un registro sobre par, y fue un 73 en la primera ronda de 2021.

Como todo aquel que quiera brillar en este campo, Scheffler ha sacado un excelente rendimiento a los pares 5, donde exhibe un abultado acumulado de -25. En cualquier caso, en estos hoyos largos también ha demostrado su sabiduría y excelente lectura de la situación, puesto que en los 48 que ha jugado (doce veces cada uno de los cuatro del campo, hoyos 2, 8, 13 y 15), tan solo se ha apuntado un bogey.

No es Scottie Scheffler un tipo de sentencias redondas o grandilocuentes y quizá por ello su aura no brille tanto como en el caso de otros grandes campeones. Sus objetivos son más domésticos o rutinarios. En los últimos tiempos, por ejemplo, está tratando de conseguir que cada acción en el entrenamiento, casi cada golpe en la calle de prácticas, tenga un sentido concreto. Podría decirse que su obstinada estrategia como deportista pasa por no ponerse metas o récords a batir, pero tampoco techo. No sueña con completar el Grand Slam (una victoria al menos en cada uno de los Grandes), pero saldrá en cada major con la afiladísima determinación de ganarlo.