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Los cambios en el hoyo 13 del Augusta National para 2023

Más largo, sí, pero también infinitamente más soso…

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Dustin Johnson
Dustin Johnson, durante la ronda de prácticas de este lunes en Augusta.

Dustin Johnson es una buena vara de medir. Una de las mejores. Si hablamos de un par 5 y de las posibilidades que ofrece, pocos van a dar la medida de un gran pegador como el golfista de Carolina del Sur. Nos referimos, claro, al hoyo 13. El par 5 que sirve de culminación del Amen Corner de Augusta y que este año, con un tee nuevo, se ha alargado de manera considerable. ¿Buen o mal cambio? ¿Más o menos espectáculo?

Dustin Johnson no se ha cortado y, sin llegar a criticarlo directamente, muy pocos en Augusta se atreven siquiera a hacer una mueca de desaprobación en lo que se refiere al campo, sí que parece claro que el cambio no le ha gustado. «Salvo que haya mucho viento a favor y pegue el drive tal y como yo quiero, lo normal es que los cuatro días juegue corto, a colocar y a tratar de sacar el ‘4’ de otra manera. Es un hoyo más difícil. Le viene bien a golfistas capaces de pegar un gran draw desde el tee… A mí me cuesta mucho ese golpe», explica.

Si Dustin Johnson ya anuncia que la mayoría de los días va a jugar corto, imaginen por dónde va el resto de los mortales. Tiger Woods y Tom Kim, sin pegar malos drives este lunes, han tenido que coger la madera 3 para llegar a green, y Rory que ha soltado seguramente el mejor drive del día en este hoyo, ha necesitado el 5 para llegar de dos. Rory, gran drive y hierro 5. Esta ecuación deja fuera de combate a la gran mayoría.

Kisner y Couples, por ejemplo, ni pestañean al decir que no hay otra manera de jugarlo para ellos que pegando de tres a green. No se plantean la posibilidad de poder buscar el green de dos. Billy Horschel tampoco se lo plantea. «Voy a tener en el mejor de los casos un hierro 5 para tirar de dos y no merece la pena. Haré lay up los cuatro días. No me veo. No es sólo la distancia, sino también la posición de la bola, normalmente más baja que los pies», argumenta.

Ni siquiera Jason Day se imagina tirando de dos a green. «Sólo me lo plantearé en el 8 y el 2, en los otros dos, 13 y 15, ni lo voy a contemplar. No voy a atacar el 13, del mismo modo que no iré a por el 15. Se necesita un gran draw desde el tee y yo pego el drive al fade», afirma.

Adrian Meronk, por ejemplo, que no había jugado nunca antes en Augusta, aseguraba este primer día oficial de prácticas que había pegado un buen drive y había necesitado un hierro 4 para llegar a green. Palabras mayores. Meronk no es precisamente un jugador corto.

Hay otros jugadores que han decidido ponerse un listón. Theegala, por ejemplo, que no sólo es un pegador importante, sino que también es valiente como pocos, ha dejado muy claras sus intenciones. «Si se me queda de segundo hierro 4 o más, voy a jugar lay up. No tengo dudas». En este sentido, Bryson DeChambeau lo tiene claro. «Van a pegar muy pocos de dos a green. Está difícil y penaliza mucho, sin que la opción de birdie que te puedas dejar sea muy clara. Yo he pegado desde el hierro 8, con el campo más firme hasta el hierro 4. La diferencia es muy grande», explica.

Así las cosas, no hace falta leer entre líneas: se van a ver muchos menos eagles que otros años… y también muchos menos dobles bogeys. Sin embargo, hay jugadores que defienden que sigue siendo espectacular. Es el caso de Jordan Spieth. «No estoy de acuerdo con que sea menos emocionante. Creo que se han oído opiniones encontradas. Yo veo que sí, que se van a ver más bolas al agua teniendo entre las manos un hierro 7 o más alto. Hay que ponerla en green y hacer dos putts y eso no es fácil».

En definitiva, es un hoyo para valientes y lo cierto es que no resulta fácil ver a los jugadores tirando de dos, con el riesgo que supone de poder cargarte tu vuelta.