En el Tour de Francia el maillot verde distingue al final al ganador de una clasificación por puntos que no tiene en cuenta el tiempo, sino el orden de llegada a meta en cada etapa. Sirva el símil para describir la trayectoria de Jon Rahm en el Augusta National, el mítico campo de Georgia donde esta semana se prepara ya para disputar su séptima edición del Masters. El de Barrika, es cierto, todavía no ha podido enfundarse la chaqueta verde, pero mientras llega o no ese ansiado momento, bien podría lucir con orgullo el maillot del mismo color, que distingue y premia la regularidad.
Desde que Jon Rahm hiciera su aparición en el Masters nadie arroja mejores números en bloque. Es un registro ya comentado en temporadas anteriores, pero es que cada año que pasa gana en profundidad y peso. De entrada, porque el primer gran corte que hay que pasar en el Masters es el de clasificarse cada año y, aunque lo demos por hecho en el caso de jugadores de la talla de Jon, no es tan sencillo.
A continuación, ya en Augusta, tampoco tiene nadie garantizado jugar las cuatro rondas. Que se lo digan a Rory, un jugador con una trayectoria fabulosa en este torneo, aunque tampoco haya ganado, pero que fallaba el corte en 2021. O a Dustin Johnson, al que un accidente doméstico dejaba fuera de juego en 2017 y que también se quedaba fuera del corte en 2021, precisamente en la edición en la que defendía el título. Los números de Cameron Smith también son espectaculares, pero el australiano, un año mayor que Jon y profesional desde 2013 (Jon lo es desde 2016), no pudo meterse en la edición de 2017. Que no, que no es tan fácil…
Jon jugó por primera vez el Masters en 2017, nunca ha dejado de hacerlo desde entonces y en estas seis ediciones que lleva consecutivas ha pasado siempre el corte. Pues bien, sólo otros cinco jugadores más pueden decir lo mismo desde 2017 hasta hoy: Justin Thomas, Hideki Matsuyama, Adam Scott, Matt Fitzpatrick y Marc Leishman. Ninguno más. Puede que alguno como Scheffler, que sólo lleva tres ediciones disputadas y además ya ha sido capaz de ganar, alcance y hasta supere semejantes registros de consistencia y regularidad, pero habrá que darle tiempo al tiempo.
El resultado acumulado de Jon es, además, mucho mejor que el de estos cinco jugadores. Jon arroja un total de -30 en el coloso de Georgia, mientras que Thomas y Matsuyama se quedan en -23 en estas últimas seis ediciones, Leishman en -8, Fitzpatrick en +7 y Scott en +16.
Mientras Jon ha disputado el Masters sólo un jugador, Dustin Johnson, que tiene un acumulado mejor que el suyo, pues el de Carolina del Sur se ha ido en este periodo 2017-2022 a un total de -33, aunque habría que introducir el matiz de ese corte fallado en 2021, que de alguna manera desarregla la comparación. En este mismo tiempo, además de los registros señalados de Thomas y Matsuyama, hay que resaltar el -29 de McIlroy y el -30 de Cameron Smith, cada cual con sus particularidades.
La media de Jon Rahm en el Augusta National es de 70,75 golpes en 24 rondas disputadas. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la media de Scheffler, que ha disputado hasta la fecha la mitad de rondas (12), es de 70,58, sólo ligeramente inferior y habiendo ganado ya la chaqueta verde. Otras medias interesantes: Tiger Woods, en 94 rondas, arroja un impresionante registro de 71,05 golpes; Dustin Johnson se va a los 71,21 golpes de media en 44 vueltas; y Rory McIlroy a los 71,38 golpes de media en 52 vueltas de golf.
Por último, destacar el dato que ha sacado a la luz uno de los ‘gurús tuiteros’, Justin Ray: Jon Rahm es el único jugador en la historia del Masters con más de veinte vueltas disputadas que arroja una media de golpes inferior a 71 golpes y no ha ganado la chaqueta verde. Lo dicho: a falta de la chaqueta, bueno es de momento el maillot.
