Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2014 Bubba gana el Masters en un domingo al revés

Bubba gana el Masters en un domingo al revés

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Hay que meter el último putt del último hoyo para cantar victoria. Claro como el agua.

Y hay que jugar esos segundos nueve hoyos con la aparente frialdad y serenidad que ha mostrado Bubba Watson (-8), flamante ganador del Masters, su segunda chaqueta verde en tres años…

Sin embargo, a toro pasado, el año 2014 también podría pasar a la historia por ser la edición en la que, contrariamente a lo que dicta la leyenda (y el sentido común), el ganador se decidió en los nueve primeros hoyos del Augusta National.

Porque ha sido en ese tramo donde se ha puesto toda la carne en el asador. Ha sido en los nueve primeros hoyos donde Jordan Spieth nos lo mostraba todo: su impresionante facilidad para hacer resultado (tres menos en el día por los primeros siete hoyos), su habilidad y abanico de recursos (vaya con el birdie del 4, embocando desde la arena…), y también su inexperiencia, impaciencia o ingenuidad, llámenlo como quieran (bogeys tontorrones en los hoyos 8 y 9).

Ha sido en este tramo del Augusta National donde el campeón final lo ha pasado peor, lastrado por sus errores desde el tee y, lógicamente, por los nervios (durante los tres primeros hoyos); y donde ha sacado fuerzas de flaqueza para entrar en el cuerpo a cuerpo contra su joven oponente, partiendo de un soberbio tirazo en el hoyo 4, ese monstruito que era hoy el primer par 3 del recorrido, y a partir de ahí poner las cosas en su sitio (birdies en el 6, 8 y 9).

Por desgracia, ha sido también en este tramo donde Miguel Ángel Jiménez (-4) se quedaba atrás (bogeys en los hoyos 1, 3 y 5), aunque el malagueño terminara completando una espléndida ronda final bajo par, algo que han conseguido hoy muy poquitos (14 jugadores).

Y ocurrieron también del 1 al 9 la irrupción y el ocaso de Matt Kuchar (-2): birdies en el 1 y el 3 que lo disparaban hasta el liderato, y doble bogey en el 4 después de tirar cuatro putts, cerrando con un buen bogey en el 9.

En esa primera mitad hemos disfrutado de un imponente duelo al sol del partido estelar en los pares 3, que se ha saldado con cuatro birdies. Y del chip de locos que embocaba Kuchar en el 3… En esa primera mitad, en fin, el ambiente se estaba caldeando de tal modo que no había quien no se frotara las manos intuyendo unos segundos nueve de locura, pasión y desenfreno…

Sin embargo, no quedaba tanta cera por arder. De hecho, a Watson se le vio ciertamente casi siempre en situación de control. Por delante nadie apretaba lo suficiente y Spieth, a su vera, se iba consumiendo (sus gestos lo decían todo) mientras firmaba par tras par. Necesitaba algo más, un postrero cambio de marcha, y no lo encontraba de ninguna de las maneras. Tiempo tendrá, vaya por delante, porque su semana ha sido algo más que una declaración de intenciones. Resumen en VÍDEO de lo mejor de la última ronda del Masters.

Blixt, espléndido en su consistencia, tampoco encontraba balas en el arsenal y en realidad, quien más cerca anduvo de dar con la tecla fue Miguel, que se procuró buenas opciones de birdie en todos los hoyos de la recta final, incluyendo el 17, un coco en la última jornada, y hasta rondando el hoyo en uno en el 16…

El cuarto puesto final del malagueño es una barbaridad, de todos modos. Y su hoja de ruta en la jornada final estaba bien diseñada, aunque sin contar con esos bogeys tempraneros.

Este domingo de Masters también ha salido de algún modo al revés por el estado de los greenes, bastante más lentos que el sábado. Y cuando se habla del Masters, casi tan importante y protagonista es el campo como el ganador… Realmente no parecía un Augusta National vestido de domingo. No es que el asunto resulte de vital importancia, porque al fin y al cabo todos han jugado los mismos greenes, pero sí se hacía raro al ojo.

Una jornada extraña, demasiado tranquila en su recta final, de acuerdo, pero también un extraordinario campeón. Porque al fin y al cabo Bubba ha sido el mejor casi de principio a fin del torneo. Y desde luego él se ha encargado de ir cerrando puertas y ventanas a los demás. Primero yendo a la pelea ‘callejera’ a golpe de birdies e intercambio de bogeys, y después con la finura y la pulcritud de un cirujano. Tan solo le pudo su peculiar instinto cuando buscó de dos el green del hoyo 15 sin necesidad, en una posición forzada, pero la jugada no le salió mal del todo y ahí prácticamente murieron las esperanzas del resto. Cuando Bubba embocó su putt de par de algo más de un metro en el 17 y cerró el puño con rabia, ya sabía que había ganado su segunda chaqueta verde. Resultados finales.