Vaya cómo está el Masters. Estábamos viendo la jornada del viernes y todo lo que se veía recordaba al ciento por ciento a una de domingo. Cada golpe parecía trascendente y la ansiedad cortaba el aire. Una pasada.
No voy a descubrir el nuevo mundo porque seguro que las casas de apuestas van en la misma línea: si tuviera que jugarme mi dinero lo pondría esta vez en manos de Rory McIlroy. Me da la sensación de que está construyendo una gran semana.
Observo el campo por televisión y lo veo complicadísimo. Muy rápido. Qué duro es jugar así, cuando es tan difícil calibrar la intensidad y dirección del viento, patear en esas condiciones y, en definitiva, ser consciente de que el terreno está lleno de trampas y te puedes meter en un lío en cualquier momento.
Por esto mismo hay que destacar aún más el torneo que está haciendo Rafa. Siendo debutante, además, ha sido capaz de darle la vuelta a dos rondas que había comenzado con problemas. Hay que tener mucha confianza y jugar un gran golf para hacer algo así. Impresionante Rafa. Tiene mucho mérito lo que está haciendo y lo mejor de todo es que con su +3 está metido en la pelea, porque veo que las previsiones siguen dando mucho viento y cualquier cosa puede pasar.
Aún más cerca del liderato y por tanto de la lucha por el triunfo está Sergio. Creo sinceramente que es el mejor jugador del mundo, pero parece que no lo sabe o no quiere darse cuenta. Me haría el hombre más feliz del mundo verlo jugar con aquella intensidad que él tenía, porque marcaría claramente la diferencia y los demás temblarían al verlo ahí arriba. Me haría el hombre más feliz verlo jugar con total intensidad, con actitud positiva, gane o no gane, alimentándose de todos los buenos golpes que pega en el campo, que son muchos. Soy plenamente consciente, eso sí, de que esto se dice muy fácil, pero no se consigue de la noche a la mañana, requiere de un esfuerzo y de un proceso. Pero el liderazgo del golf mundial está abierto, igual que este Masters, y Sergio debería darse cuenta de que puede, y debe, luchar por ambas cosas.
