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Masters de Augusta 2020

Pinceladas impertinentes de la tercera jornada

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Jon Rahm en el hoyo 18 de Augusta National durante la tercera jornada del Masters de Augusta 2020. © The Masters
Jon Rahm en el hoyo 18 de Augusta National durante la tercera jornada del Masters de Augusta 2020. © The Masters

Jon aún no ha ganado un Grande. Hoy no lo tiene nada fácil. Pero tampoco ha conseguido de momento un segundo puesto en un ‘major’, objetivo que este domingo sí tiene un poco más a tiro. A lo mejor se trata de eso, de ir paso a paso. Aquí, como se ve, quien no encuentra consuelo es que no lo ha buscado bien… Porque es algo más que una evidencia que Jon Rahm tiene ya hace tiempo hechuras de ganador de Grandes. Pero qué difícil es cantar victoria en una de esas cuatro semanas del año. En fin, dentro de una década, en abril de 2030, cuando se esté enfundando su tercera chaqueta verde, recordaremos como una anécdota puntual aquel hoyo 8 de un sábado de noviembre de 2020 que retrasó la primera…

El análisis de Sergio García: Cuál sería mi plan hoy si yo fuera Dustin Johnson

El top ten del Masters después de 54 hoyos es una armoniosa y global conjunción de todos los continentes, sin excepción. Tenemos un africano (Fritelli), dos asiáticos (Im y Matsuyama), un australiano (Smith), tres europeos (Rahm, McIlroy y Fleetwood), un centroamericano (Ancer), un sudamericano (Muñoz) y, por supuesto, varios norteamericanos (Johnson, Thomas y Reed). Hasta tenemos representación de buena parte de los grupos raciales que pueblan el planeta Tierra…

La última ronda, así las cosas, bien podría ser patrocinada por Benetton.

– Dustin Johnson ha jugado en toda su carrera 37 vueltas de competición en el Augusta National (las últimas diez, por cierto, por debajo del par). Su media de golpes en este campo es de poco más de 71 golpes (71,10), así que quizá sólo le haga falta jugar en ‘su par’ del campo para ganar hoy.

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Si nos fiáramos de las apariencias habría que suponer que el ataque más decidido que va a sufrir hoy el líder desde lejos será el que venga del partido que forman Rory McIlroy, Brooks Koepka y Tommy Fleetwood. De la capacidad de los dos primeros poco o nada hay que decir; pero no olvidemos tampoco que la mayoría de triunfos del inglés han llegado viniendo desde atrás. Es un pura sangre desbocado de domingo. Por supuesto, si hay un deporte en el que no debes fiarte de las apariencias, ese es el golf.

Rahm y las dos vías que llevan al milagro

– Bryson DeChambeau tenía un plan A perfectamente diseñado para jugar este Masters. Y hasta tuvo la gentileza de diseccionarlo públicamente en los días previos al inicio del torneo. Pero da la sensación de que se olvidó de incluir en los planos la escalera de incendios. O mejor dicho: no prestó demasiada atención al plan B y al C, tan útiles en un torneo de golf, al menos para mantener tus opciones vivas hasta el final, por pocas que sean.

Una de las exhibiciones más portentosas que se recuerdan

– ¿Estamos viendo el Augusta National más amable de la historia en líneas generales? Veamos. Más que mirar cómo le ha ido o le va al líder o a los mejores clasificados quizá habría que examinar registros más gruesos, por ejemplo el número total de jugadores que están ganando al campo. Ahora mismo, después de tres rondas, son 49. Digamos al respecto que el año pasado terminaron ganando al campo 45 jugadores. Lo mismo ocurrió en 1992: 45 jugadores ganaron al campo. Además del chaparrón, la ausencia de viento está resultando definitiva. Quién sabe, quizá en el año 2100 (o incluso antes) el Augusta National tenga la capacidad de mover e impulsar el aire a su antojo. Gigantescas turbinas colocadas estratégicamente. Hoy te pongo rachas suaves de 15 kilómetros por hora y mañana os anuncio vendaval y unos remolinos en el Amen Corner de agárrate y no te menees… El golf ficción, la verdad, provoca terror.

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– Dustin Johnson se daba ayer un aire a Lewis Hamilton. Si eres de Hamilton y de Mercedes no puede haber mayor disfrute. Si no lo eres todo resulta un poco menos entretenido. Y luego están los puristas de la Fórmula Uno (muy pocos) y del golf (una gran mayoría, aunque es solo apariencia), que disfrutan al ciento por ciento en cualquier situación. Benditos sean.

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