Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2020 Rahm y las dos vías que llevan al milagro
Jon saldrá el domingo en el Augusta National a siete golpes del líder, Dustin Johnson

Rahm y las dos vías que llevan al milagro

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Jon Rahm durante la tercera jornada del Masters de Augusta 2020. © The Masters
Jon Rahm durante la tercera jornada del Masters de Augusta 2020. © The Masters

Jon Rahm (-9) ha perdido buena parte de sus opciones de cantar victoria en el Masters después de firmar una tercera ronda de 72 golpes, insuficiente en un Augusta National que aún seguía dando cuartelillo a los jugadores (más de la mitad ganaban la partida al campo). Saldrá el domingo a siete golpes del líder, el imponente Dustin Johnson (-16), y eso parecen palabras mayores.

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Sin embargo, si se trata de encontrar en esta pared de granito una hendidura a la que agarrarse, digamos que todavía hay ‘sendas alternativas’ que pueden y deben explorarse. Al fin y al cabo el español partirá en la ronda definitiva con sólo seis jugadores por delante en la tabla y cinco de ellos parecen a su alcance. Todos los que no se apellidan Johnson, para ser más exactos, puesto que los segundos clasificados (Abraham Ancer, Sungjae Im y Cameron Smith) sólo se encuentran a tres golpes del de Barrika. Por ramplón que parezca de entrada, quizá el mejor modo que tenga Jon de darse una pequeña opción sea precisamente olvidarse de D. J. y centrarse sólo en la lucha por el segundo puesto. A partir de ahí, que el Augusta National y el propio Dustin dicten sentencia, pero no sería la primera vez que un líder intratable claudica el domingo en este rincón encantado de Georgia. Tampoco sería la primera vez, por cierto, que el de Carolina del Sur no acierta a rematar la faena un domingo de ‘major’…

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El análisis de la vuelta del español resulta bien sencillo en este caso. A pesar del arranque arrebatador de Johnson (iba cuatro menos después de cuatro hoyos), Jon se mantenía estable y dentro de la hoja de ruta durante el primer tercio del recorrido. Así, hasta el colapso del hoyo 8, donde pegaba una madera terrible de segundo golpe y acto seguido se le retorcía aún más la situación: otro mal golpe desde el rough, la bola que impactaba en el tronco de un árbol y salía disparada hacia donde no debía… Total, un doble bogey desgarrador. Como quiera que la actual versión de este jugador no desespera ni se frustra y, además, quedaban hoyos y pares 5 por delante, aún se iba a dar opciones de situarse al menos en la estela del líder tirano. Caían al fin los birdies en los hoyos 14 y 15, pero debió caer otro más en el 16, después de pegar un gran tiro, y sin embargo fallaba el putt de dos metros. Un bogey postrero en el 18 terminaba de desaliñarlo todo.

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Por supuesto, existe una segunda vía por la que acceder al santuario de los milagros. O al vestuario de los campeones. Es la más sencilla de contar y la más difícil de poner en pie, de tener en cuenta y hasta de creérsela: se trata simple y llanamente de firmar una tarjeta que iguale el récord del campo (63 golpes) o bien no se vaya mucho más allá del 64.

Hay otra manera de explicarlo, por si de este modo se entiende mejor: quienes de ninguna manera van a poder asaltar el liderato en la ronda dominical van a ser Tiger Woods (-5), Xander Schauffele (-5), Bryson DeChambeau (-3), Justin Rose (-3), Adam Scott (-3) o Phil Mickelson (+2), favoritos a priori o auténticos candidatos hasta hace un rato, como quien dice. Así que, por remotas que sean las opciones de Jon Rahm, por ilusas que parezcan, estaremos todos de acuerdo en que opciones son al fin y al cabo. Se trata en definitiva de apurar el vaso hasta el final y ver que ocurre.

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