Quizá sea exagerado decir que ha sido como la noche y el día, pero no ha andado muy lejos. El Augusta National de hoy se ha parecido bien poco al de ayer. Los mandamases del escenario del Masters han dado marcha atrás. Han echado el freno. Manguerazo que te crió a los greenes y condiciones muy diferentes. Las superficies de cristal, vertiginosas y diabólicas del jueves han dado paso a unas alfombras mucho más receptivas, más tiernas y, por qué no decirlo, más verdes.
Masters de Augusta 2021: segunda ronda, en directo
Ayer el Masters se pareció mucho al US Open. Hoy ha sido una cosa bien distinta. Queda por ver si la marcha atrás es definitiva o simplemente una tregua. ¿Volverán a girar la tuerca el fin de semana? ¿Cerrarán el grifo? Sólo ellos lo saben. Del mismo modo que sólo ellos saben por qué han cambiado hoy. Si es porque se les iba de las manos el campo, porque los greenes no habrían llegado vivos al domingo, habría que achacarles un error de cálculo a la preparación de ayer. Por otro lado, cuesta creer que en Augusta, con todos los medios que tienen a su disposición, se pueda producir un error de cálculo semejante. Quién sabe. Han acabado 35 jugadores bajo par, casi tres veces más que los del primer día (12). Un giro de tuerca en toda regla.
Olazábal se toma al fin una bonita revancha con su viejo amigo, el Augusta National
Sea como fuere, es una pena. Parecía que esta semana íbamos a ver un Masters a la antigua usanza, con greenes duros y muy rápidos, como el mármol, y de momento sólo hemos podido disfrutar de un día así. Dicho esto, las condiciones eran iguales para todos y no todos los han sabido aprovechado de la misma manera. Hay un ‘big three’ que se ha salido del mapa. Qué sí ha sabido exprimir el cable que ha lanzado Augusta. Se trata de Bryson DeChambeau (-1), 67 golpes hoy, Justin Thomas (-4), también 67, y Jordan Spieth (-5), 68 este viernes. Vaya tres trenes que se han metido en la pelea. De lleno. Hasta las cejas. En cierto modo, la estrategia no le ha salido mal a Augusta, al menos desde el punto de vista de grandes nombres que se han encaramado a la parte alta de la clasificación.
Declaraciones de José María Olazábal: «Bien, Fuenterrabía, bien»
Bien es cierto, que para la emoción del torneo ha tenido mucho que ver el patinazo de Justin Rose (-7). El inglés sólo ha podido hacer el par hoy porque no ha jugado bien. Ha fallado muchos golpes y sólo el putter ha acudido a su rescate en la parte final de su vuelta para permitirle acabar al par. Tal y como estaba el campo hoy, si Rose llega a tener una jornada como la de ayer, nos podríamos haber quedado sin torneo. En este sentido, Augusta ha jugado con fuego. Al menos, Rose ha sabido rehacerse de un mal inicio y se ha mantenido como líder en solitario con un golpe de ventaja sobre Will Zalatoris (-6) y Brian Harman (-6) y dos sobre Marc Leishman (-5) y Jordan Spieth (-5).
Arriba, además, están Wiesberger (-4), Finau (-4), Matsuyama (-4), Champ (-4), Schauffele (-3), Ryan Palmer (-2), Cameron Smith (-2), Morikawa (-2)… Está claro que el fin de semana será espectacular, pero ya no será un Masters como en los años 90, como los que añoraba José María Olazábal. O sí. En manos de Augusta está. De lo que hagan sábado y domingo.
Me encantó Olazábal, se le ve otro jugador
Entre los grandes nombres que han fallado el corte, están Jason Day, Patrick Cantlay o Victor Perez. Lo tienen muy complicado Rory McIlroy o Brooks Koepka. Aún están jugando.
