– Matsuyama hace un swing que me gusta mucho. Es muy sólido y, sobre todo, me transmite tranquilidad. No hay ansiedad. Es puro ritmo. Hoy va a necesitar todo eso: ritmo, tranquilidad, paciencia. Tiene toda la presión de un país entero esperando su victoria. No será fácil, aunque él no parece nervioso en el campo.
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– ¿Qué puede pasar esta tarde? Es la pregunta del millón. Yo no tengo una bola de cristal, pero diría que cualquier vuelta bajo par de Matsuyama le dará la victoria. Yo creo que 71 golpes pueden ser suficientes. Esa ronda obliga a los que van por detrás a hacer como mínimo 67 golpes para empatar. Eso es muy exigente.
– Justin Rose fue una pequeña decepción el sábado. Me sorprendió su final. Se puso ocho bajo par a falta de los dos últimos pares 5, parecía con la situación bajo control y a partir de ahí jugó mal. Le salvó el putter, de hecho.
Ni siquiera descarto a Jordan Spieth para la victoria final
– En cualquier caso, creo que Rose o Schauffele son los únicos que pueden inquietar a Matsuyama. Leishman es un gran jugador y suele estar arriba, pero me cuesta verlo ganando, y Zalatoris lo está haciendo muy bien, pero es demasiado en su debut, en una ronda final, no sé, me parece un reto muy grande.
Un mal día para los resultadistas, hoy hay que hilar más fino
– Sinceramente, el tapado de este Masters me parece Xander Schauffele. Hasta que no metió el putt de eagle en el hoyo 15 prácticamente ni nos dimos cuenta de que estaba ahí. Me gusta mucho. Es muy fino, muy ordenado, lo hace todo bien.
Matsuyama ya ha hecho algo nunca visto en la historia del golf…
– También me quedo del sábado con las vueltas de Olazábal y Jon Rahm. Ambas fueron una pena. José Mari jugó muy bien hasta el hoyo 15. Tuvo ese pequeño error y después le costó volver a pegar buenos tiros. Eso sí, hasta el hoyo 15 jugó de libro. A Rahm le faltó meter pronto algún putt más que lo empujara.
