¿Cómo se presentan las posibilidades de Jon Rahm en el primer Grande del año, el Masters 2022? En apariencia, según los últimos resultados, quizá no llega todo lo fino que requiere la formidable empresa de ganar en Augusta…
Pero bien puede ser sólo eso: una apariencia.
Al menos, existen datos fiables que corroboran que en realidad el español maneja serias opciones de cerrar una gran semana en el coloso de Georgia. Para empezar, brilla en una estadística del PGA Tour por encima de todas las demás, la de los golpes ganados a la media de los competidores desde el tee (Stroke Gained: Off the Tee): El jugador de Callaway, con su nuevo Rogue, es hasta la fecha el mejor, sin discusión posible. No parece una mala plataforma sobre la que apoyarse en el Augusta National.
Pongamos sobre la mesa otra estadística, la de los golpes ganados a la media de los competidores con los segundos tiros (Stroke Gained: Approach the Green). En este segmento aparece en el puesto 12º. Tampoco parece una mala situación, precisamente.
Sus números, sin embargo, son pobres hasta la fecha alrededor de green y con el putter en las manos. Son las dos parcelas que le han impedido, por ejemplo, haber cantado ya alguna victoria en el presente ejercicio. Pero, al respecto, hay buenas noticias, porque Jon maneja recientes y muy buenas sensaciones, exactamente las que tuvo en su última aparición, el WGC Dell Technologies Match Play.
Con las razonables reservas que merece el análisis, al tratarse de un formato distinto, es también un dato objetivo que al vasco se le vio en Austin mucho más fino y certero en las recuperaciones alrededor de green. Y también con el putter. Sin duda fue la semana del año en la que más confortable anduvo desde la media y larga distancia. Nada como para tirar cohetes, es cierto, pero sin duda en un nivel muy superior al de anteriores torneos, en los que sencillamente no conseguía llevar la bola al hoyo desde más allá de los tres o cuatro metros de distancia.
Hay otros datos a su favor que seguramente pesan más que meros detalles intangibles. Jon Rahm ha demostrado en los últimos años que es un jugador hecho para las grandes citas. Su territorio favorito son desde hace tiempo los Grandes y Augusta en particular. De hecho, si pudiera establecerse una clasificación de la regularidad en el Augusta National desde que él juega el Masters (año 2017), Rahm la encabezaría sin lugar a dudas. En el total de las cinco ediciones que él ha jugado tiene un acumulado de -34, el mejor de todos empatado con Dustin Johnson, aunque el de Carolina fallaba el corte el año pasado. Los siguientes vienen lejos, Spieth y Matsuyama, ambos con -25.
Y es que sólo ocho jugadores, además de Jon, han pasado el corte en esas cinco ediciones consecutivas (2017-2021): Scott, Matsuyama, Spieth, Mickelson, Thomas, Fitzpatrick, Osthuizen y Leishman.
Hay más tela que cortar. Desde que fallara el corte en el PGA de Bethpage Black, mayo de 2019, hace casi tres años, Jon ha hecho de los Grandes su guarida preferida. Desde aquel punto se han disputado mueve ‘majors’ y el español no volvía a fallar un corte más y su peor resultado era un 23º en el US Open de 2020… En este tiempo, además de ganar el US Open el año pasado, sumaba otros cinco top ten más. No es tan sencillo de hacer… Sirva de muestra un botón: en este mismo tiempo, los últimos nueve Grandes disputados, sólo un jugador ha pasado también todos los cortes (Louis Oosthuizen). En este tiempo, sólo Collin Morikawa podría discutirle el liderazgo mundial en los Grandes con sus dos victorias en el PGA de 2019 y el British de 2021, aunque el californiano fallaba el corte en el US Open de 2020 y acumulaba otros registros inferiores a los del español (35º en el US Open de 2019 y 44º en el Masters de 2020).
Los datos históricos no garantizan al ciento por ciento el éxito futuro, pero es un hecho razonablemente demostrado que Jon Rahm pertenece a ese escogido y reducidísimo grupo de jugadores que consigue regularmente aumentar el nivel de concentración y determinación en las grandes citas.
