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Masters de Augusta 2022 | Crónica de la victoria de Scottie Scheffler

Scottie Scheffler: el Maestro que se ríe del vértigo

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Scottie Scheffler
Scottie Scheffler posa con la Chaqueta Verde recién conquistada en Augusta. (© Golffile | Fran Caffrey)

Scottie Scheffler ha ganado el Masters de Augusta con cuatro putts en el hoyo 18. Obviamente, nadie recordará este abrupto final, pero es una anécdota que define a la perfección el dominio absoluto que ha ejercido este jugador sobre el torneo. Podría haber hecho un 9 y aún habría salido al desempate. 

Es una victoria sin paliativos. Por aplastamiento. Ha terminado con -10, con cuatro vueltas bajo par y se ha llevado el triunfo con tres golpes de ventaja sobre Rory McIlroy. Salió el domingo con tres de margen y ha ganado con otros tres, y porque ha acabado con doble bogey. Ha llegado al último hoyo del Masters con cinco golpes de ventaja. Un lujo a la altura de los elegidos. 

Hay cinco momentos que definen la victoria de Scheffler este domingo. El primero llegaba al poco de empezar. Cameron Smith había arrancado con birdies en los hoyos 1 y 2 y se había colocado a un golpe. Presión. Ha sido el peor momento del campeón en el torneo. Acto seguido los dos fallaban estrepitosamente la salida en el 3. Se iban a la derecha, en mitad del bosque. Con el segundo tiro no lograban alcanzar el green y se les quedaba un approach delicado. Fuerzas igualadas. El asunto olía terriblemente a bogey. Como mínimo.

Scheffler fue el primero en ejecutar su approach y… la metió. Increíble. Tocado por los dioses. De cien veces que haga ese golpe, probablemente no meterá más de tres. Tocaba hacerlo el domingo del Masters. Acto seguido, Smith cometía bogey. Lo lógico. De repente la diferencia volvía a tres golpes. Sí, Scheffler lo pasó mal, pero le duró muy poco.

El segundo momento clave llegó en el hoyo 11. Smith hacía la goma. Iba y venía. Una montaña rusa. Pero en este rincón del Amen Corner conseguía un gran birdie que borraba de un plumazo el bogey del 10. Scheffler, que también había fallado en el 10, tenía por delante un delicado putt de par de algo más de dos metros. Lo metió. Momento clave para mantener a raya al enemigo.

Ese putt de Scheffler metió más presión a Smith antes de uno de los tiros más endiablados del mundo: la salida en el hoyo 12. Esto nos lleva al momento clave número tres. Si Scottie hubiera hecho bogey y Cameron se hubiera puesto a dos golpes, seguramente no habría tirado a bandera… Pero lo hizo. Y se marchó al agua. Uno más para el panteón de jugadores ilustres que perdieron el Masters en el hoyo 12.

Justo aquí se terminó el Masters. Punto y final. The End. Smith salía del 12 con un terrorífico triple bogey y Scheffler salvaba un par maravilloso, con otro putt tenso de casi tres metros. De pronto, el líder se encontraba con una ventaja de cuatro golpes sobre el segundo clasificado, que ya no era Smith sino Rory McIlroy. Más tranquilidad.

El cuarto momento que define quién es Scheffler se dio en el hoyo 14. Pegó una buena salida a la calle y tenía un segundo tiro cómodo a green. Segundos antes de pegar su golpe, escuchó cómo el Augusta National se venía abajo. Igual él no lo sabía, pero lo intuía. McIlroy había hecho una barbaridad en el 18. La había metido desde el búnker para birdie. Scheffler no podía saber qué era aquello, pero sí tenía claro que era algo gordo y que se trataba de McIlroy.

Su respuesta fue un tiro sublime. Clavó el golpe, la dejó a metro y medio y firmó el birdie. Ya daba igual lo que hubiera hecho McIlroy por delante. El mensaje que mandaba era: esto es mío y de nadie más.

El quinto y último momento fue en el hoyo 17. Scheffler falló la salida de manera estrepitosa por la derecha. Lo único que pudo hacer fue sacarla a la calle y desde ahí pegó otro golpazo, lo mismo que en el 14. La dejó dada y salvó el par. Esto es mío y de nadie más.

El único instante donde Scheffler perdió la concentración fue en el green del hoyo 18. Ahí se le fue el santo al cielo y comenzó a pensar en todo lo que se le venía encima con el triunfo en lugar de centrarse en lo que tenía por delante. Por eso hizo los cuatro putts. Pero realmente se lo podemos perdonar.

Scheffler cierra 57 días de locura en su vida. Menos de dos meses en los que ha ganado cuatro torneos y, entre ellos, el Masters de Augusta. Ocho semanas que lo disparan en el Número 1 del mundo y que nos anuncian que podemos estar ante un jugador de época. El tiempo lo dirá, pero desde luego lo tiene todo, especialmente una cabeza privilegiada. Y la Chaqueta Verde le queda como un guante.

Llegó como Número 1 del mundo recién estrenado, con la presión que eso supone, y ha ganado el Masters en su tercera participación. Sólo uno más en la historia ha conseguido un logro tan extraordinario. Fue Ian Woosnam en 1991. Estrenó la primera posición del ranking mundial y se llevó el Masters. Scheffler ha confesado en alguna ocasión que tiene miedo a las alturas. Desde luego es una paradoja vital. Temerá a los acantilados, pero en el campo de golf se ríe del vértigo.

La clasificación del Masters ha colocado finalmente en la parte de arriba a una buena parte de los mejores jugadores del mundo. Sólo nueve se marchan de Augusta ganando al campo, pero qué nueve: Scheffler, McIlroy, Lowry, Smith, Morikawa, Zalatoris, Conners, Thomas y Sungjae Im. Como si hubieran hecho casi la selección a dedo.

Resultados finales del Masters del Augusta 2022