Hay cosas que se sienten pero no se dicen. Como lo que Sergio García ha sentido toda esta semana en Augusta. Es algo especial que flota en el ambiente y que al español le estaba dando energía positiva. Nadie lo explica mejor que él: «ver que Hagestad, que fue el mejor amateur el año que yo gané, se había clasificado, o que me daban el mismo número en mi identificación que en 2017 (89) fueron cosas que me hicieron pensar que igual podía tener mi oportunidad».
Sergio no ha ganado ni ha estado cerca de ello, pero sí se marcha de Augusta con la sensación de que este Masters puede ser un trampolín. «Sí, creo que he subido un par de escalones respecto a hace un mes. Seguramente hace un mes no habría pasado el corte. En ese sentido, creo que vamos por la dirección correcta», explicaba Sergio al acabar su cuarta ronda con una tarjeta de 71 golpes, un resultado total de +3 y un puesto asegurado entre los 25 primeros.
Sin duda, ha dado un paso adelante, pero sabe que aún le queda bastante camino por recorrer. «Me queda todavía mucho trabajo por delante para pensar que se avecina algo grande. Me estoy acercando poquito a poco, pero aún tengo que coger más confianza para estar más tranquilo y que empieces a verlo todo más fácil, ver las cosas buenas que van pasando», afirma.
En cualquier caso, Sergio considera que su juego está preparado para volver a ganar torneos y Grandes. «Creo que con mi juego puedo ganar donde sea, no tengo duda de eso», remata.
