Sam Bennett está escribiendo una de las páginas más bonitas de este Masters de Augusta. El amateur de la Universidad de Texas A&M es la auténtica cenicienta de la semana. Ocupa la tercera plaza con un total de -8, dos rondas de 68 golpes, a cuatro golpes de Brooks Koepka. Por lo pronto, se ha ganado un lugar muy elevado en la historia del Masters. Es el segundo mejor resultado de todos los tiempos de un amateur en Augusta después de 36 hoyos. Sólo lo supera Ken Venturi, que llegó hasta -9 en 1956. Casi nada.
A Bennett no le suena de nada el nombre de Venturi y a Booby Jones lo conoce aunque no demasiado. «Soy un friki del golf, pero más del juego que de la historia. No he oído mucho de Jones (creador del Masters de Augusta, ganador del Grand Slam, el mejor amateur de todos lo tiempos y una figura esencial en la historia del golf), nos contaron muchas cosas de él en la cena de amateurs, es una leyenda, uno de los más grandes, pero supongo que no sé mucho de él», asegura.
Más allá de que pueda resultar una pena que referentes de la historia como Bobby Jones pasen desapercibidos para los más jóvenes, la realidad es que Bennett demuestra la personalidad, el atrevimiento y el desparpajo para reconocerlo. Son características que definen su personalidad. No tienen miedo a nadie ni a nada. De hecho, ni siquiera descarta ganar el Masters. Como lo leen. «¿Realmente piensa que puede ganar en Augusta esta semana?», le preguntaron los periodistas. «Sé que mi golf es lo suficientemente bueno para competir aquí. Ahora me encuentro en una situación en la que puedo ganar», sentencia. Descaro por arrobas.
El swing de Bennett es muy poco habitual, alejado de la ortodoxia. Quizá sea precisamente esto lo que ha forjado un carácter tan fuerte y hasta rebelde. Siempre se ha revuelto contra los que han dudado de él y lo ha utilizado de motivación. Esta semana también. «Sí, no le pego lejos como Sargent (Gordon, otro amateur presente en Augusta que ha fallado el corte y marcha cuarto por la cola). No tengo una velocidad de bola de 190 millas, ni un swing bonito como otros amateurs. Pero esto es golf, no un swing de golf. He hecho lo correcto esta semana. Estaba preparado. Tenía más experiencia que los demás, y sí, aquí estoy sentado con la oportunidad de llegar al fin de semana y hacer algo especial», remarca orgulloso.
Bennett ganó el US Amateur el año pasado y es la razón por la que se ha clasificado para jugar este Masters de Augusta. Asegura que aquella victoria le preparó para esto. No se separa del trofeo. Lo tiene siempre a su lado. «Poder ganar en ese recorrido bajo la inmensa presión, con el Masters en juego y todas las exenciones, los golfistas que había, derribando a los mejores… Uso esto para mi confianza. Si puedo competir en ese escenario, puedo hacer casi todo. Hubo una semifinal, una final, con la televisión emitiendo cada golpe… Ser capaz de hacer algunos de los tiros que hice bajo esa presión me dio mucha confianza».
Es tanta su confianza que no tiene reparos en reconocer que Ridgewood, el campo donde ganó el US Amateur, es bastante más difícil que Augusta. En cierto modo, se podría decir que Bennett va sobrado. Por ahora, no le faltan motivos para creérselo. Ha jugado las primeras rondas de Augusta con el Número Uno del mundo y le ha sacado siete golpes. Esto ya no se lo quita nadie.
