Rory McIlroy y Jordan Spieth llegaron al Valero Texas Open con dudas. El norirlandés venía de firmar una gira por Florida bastante pobre, siempre según sus estándares, claro, y Spieth arrastraba dos cortes seguidos fallados. Ninguno de los dos estaba en la mejor posición, sobre todo teniendo en cuenta que estamos en el umbral del Masters de Augusta. Así las cosas, la cita en San Antonio era para ellos una especie de prueba del 9 para saber en qué situación se encontraba realmente su juego y si de verdad están con opciones de ganar el primer Grande del año.
El balance para los dos ha sido positivo. Ninguno ha tenido opciones de ganar, pero han terminado en la tercera posición, Rory, y en la décima, Jordan. Misión cumplida. Confianza recuperada. Salen de este domingo mejor de lo que estaban al llegar. «Sí, definitivamente siento que estoy en un mejor lugar que hace unas semanas. Durante la gira de Florida hubo mucha volatilidad en mi juego, algunas cosas buenas, otras malas, bastantes números grandes, estoy tratando de poner todo en orden. Siempre voy a ser capaz de pegar buenos golpes, lo que busco es que los malos no sean tan malos, y esta semana los malos estaban en juego. Estoy mucho más satisfecho con mi juego que hace dos o tres semanas», advierte Rory.
Spieth está en idéntica sintonía. «Mi plan aquí era saber realmente dónde estoy y sentir que había progresado. Creo que mi juego estaba en un mejor lugar que otros años, pero no lo había demostrado en las últimas seis u ocho semanas. No estaba muy seguro. Esta semana lo he demostrado. Lo único que me echo en cara es que jugué los pares 5 por encima del par, que es una de mis mejores estadísticas del año, y no fui capaz de recuperar bien alrededor de los greenes, que también es uno de mis puntos fuertes. Fue muy raro. Si hago esas cosas con normalidad, tendré posibilidades de ganar. Llegué a la semana inseguro de si sería capaz de ganar la semana que viene y creo que he salido de ella diciendo que tengo un par de cosas en las que tengo que trabajar, pero en general creo que estoy en un buen lugar para tener una oportunidad. Misión cumplida en ese sentido», afirma.
McIlroy se pide sólo una cosa en Augusta. «Lo único que quiero controlar es a mí mismo… Tener control de mis emociones y mis pensamientos. Si puedo controlarlos, todo será mucho más fácil y sencillo. Para mí, la semana que viene se trata de disciplina, de controlarse a uno mismo y controlar lo que se puede controlar. Si puedo hacer esto bien, el resto vendrá solo», asegura.
McIlroy y Spieth no son dos nombres cualquiera. Rory afronta su enésimo asalto al grand slam, mientras que Jordan persigue su segunda chaqueta verde. McIlroy no gana un Grande desde 2014 y Spieth, desde 2017. Habrá que contar con ellos esta semana… Como siempre.