Inicio PGA Championship PGA Championship 2020 Rahm pelea, sobrevive y deja interesantes pistas para lo que viene
Sergio García y Jorge Campillo se quedan muy lejos del corte en otro día duro en Harding Park

Rahm pelea, sobrevive y deja interesantes pistas para lo que viene

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Jon Rahm. (© Golffile | Ken Murray)

Otro combate a cara de perro en el TPC Harding Park. El campo de San Francisco no regala nada. Hoy no ha soplado el viento como ayer por la tarde, pero aún así es implacable con los errores. Todo lo que no sea ir por la calle y estar fino con los hierros se traduce en sufrimiento. El rough es letal y las recuperaciones son un constante dolor de cabeza. Jon Rahm (-1), Sergio García (+6) y Jorge Campillo (+14) lo han vuelto a sufrir en sus carnes. Cada uno en diferentes grados. De todos ellos, el único que se mantiene vivo en el PGA Championship es Rahm.

El jugador de Barrika se ha asegurado el corte con una vuelta de 69 golpes y no es poca cosa en un recorrido donde de momento nadie ha abierto una brecha insalvable y hay margen para recuperar terreno. Además, Jon ha dejado algunas pistas interesantes de que está preparado para animar el cotarro el fin de semana. ¿Hasta dónde puede llegar? Pues dependerá de lo que hagan los jugadores que hoy salen en el turno de tarde y que ayer pudieron aprovechar unas condiciones perfectas en Harding Park para poner buenos resultados.

¿Es sólo relativa la importancia de un buen final?

De momento, Jon está a siete golpes de Haotong Li (-8), líder en solitario. Se trata de una diferencia importante, y mucho más en un Grande, pero nada que no se pueda enjugar en un fin de semana de campanillas. Hoy salió vencedor de otro duro combate. Cuatro birdies y tres bogeys. Mucha lucha, mucha concentración, una actitud sobresaliente y una fe inquebrantable en sus posibilidades. Además, hoy se ha mostrado muy certero desde el tee. Da la sensación de que ha entendido cómo hincarle el diente al campo y sólo falta que todo se junte para hacer una vuelta realmente baja. Rahm hoy ha demostrado que la tiene en sus manos. ¿Qué necesita? Pues que los hierros se unan a la fiesta con más determinación. Pocos peros se le pueden poner desde el tee en un campo tan estrecho, pero aún tiene margen de mejora en los golpes a bandera. Si consigue clavar mejor las distancias y el putt funciona a su ritmo habitual, Jon puede ser uno de los protagonistas del ‘moving day’. Está más cerca de lo que parece.

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Su tirazo en el hoyo 7, par 4, cazando el green desde el tee bajo máxima presión y dejándose una opción de eagle de poco más de cinco metros es la mejor representación de lo que decimos. Su golf está mejor de lo que dice su resultado. Algún hierro más desajustado de la cuenta y tres putts dolorosos en el hoyo 3 le han impedido acabar más arriba. Si pule eso de aquí a mañana y se muestra más demoledor en los greenes, podemos esperar cualquier cosa de Jon. Y lo más importante: él lo sabe.

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Sergio García (+6) ha entregado otra tarjeta de 73 golpes y se ha quedado muy lejos del corte. Es el octavo que falla en los últimos diez Grandes. Lo cierto es que en ningún momento ha conseguido estar de verdad metido en la pelea. Hoy ha vuelto a fallar tres putts de menos de dos metros. Demasiadas concesiones. Si a esto se le une que tampoco ha estado fino en las recuperaciones alrededor de green y que su juego largo no ha brillado como en otras ocasiones, resulta imposible pelear en un Grande. Da la sensación, no obstante, que todo viene de lo mismo, del putt. Sergio siente que no es competitivo. Si juega bien no termina de exprimir el resultado y cuando juega mal no resiste el envite. Lo peor de todo es que parece que está empezando a interiorizar que es un mal pateador y eso es lo peor que le puede ocurrir. Igual no le vendría mal hacer como Martin Kaymer el miércoles y ponerse en bucle la semana del Masters de Augusta de 2017. Ahí podrá recordar que sabe y puede patear como los mejores del mundo en situaciones de máxima presión. Podría ser una buena manera de empezar a recuperar la confianza perdida.

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Por último, a Jorge Campillo todo le ha salido mal desde el principio. Ha fallado los dos primeros tiros a green en el 1 y en el 2 y la vuelta se ha convertido en una angustiosa cuesta arriba que ha terminado con 80 golpes. Toca recapitular, pararse y resetear. Igual debe darle dos vueltas a su preparación para los Grandes, y hablamos sobre todo de la preparación mental y su confianza en estas citas. Porque todos saben que Campillo tiene muchísimo más golf del que por ahora ha podido enseñar en estas semanas.

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