Sergio García (+5) ha comenzado el PGA Championship con una dura tarjeta de 77 golpes. Es dura por el resultado en sí mismo, ya que se coloca en estos instantes a tres golpes del corte provisional, pero lo es todavía más por cómo se ha producido. Justo en el instante que mejor estaba jugando, cuando más en control estaba en la vuelta, Sergio ha perdido el norte y se ha colocado al borde del abismo.
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Los doce primeros hoyos de García en el Ocean Course de Kiawah Island han sido un vibrante cuerpo a cuerpo entre el golfista y el campo. Lo que se espera de un escenario exigente y muy bien preparado. Sergio golpeaba y Kiawah respondía. Arrancaba bien con un birdie, pero rápidamente se le ponía la vuelta cuesta arriba con tres bogeys en cuatro hoyos. Hacía un nuevo birdie en el 8 y de nuevo caía el bogey en el 9.
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Era como si Kiawah no le permitiera a Sergio darse una alegría. A partir del hoyo 9, ha desplegado un golf de alta escuela. Sus salidas en el 9, 10, 11 y 12 han sido un prodigio. En ese tramo ofrecía su mejor versión y se llegaba a poner al par, con dos birdies muy buenos en los hoyo 11 y 12, éste último con una putt de unos seis metros.
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En el hoyo 13 volvía a ejecutar una salida brillante, especial. La metía en un sitio muy estrecho entre el agua y la arena. La mayoría optaba en este hoyo por pegar la madera 3 para quedarse corto de las dunas de la izquierda, pero Sergio ha ido con todo, con el driver y lo ha clavado. Tenía un segundo golpe cómodo a green, a una bandera que no es fácil en cualquier caso, muy cerca del agua de la derecha. Su tiro no ha sido malo, en línea a la bandera, pero se ha quedado muy corto. Ha hecho tres putts, fallando el de par desde un metro.
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Este error ha nublado completamente el golf de Sergio. A partir de ahí le ha costado meterse de nuevo en el swing, mala cosa si tenemos en cuenta que es el tramo más complicado de Kiawah. Han ido cayendo los bogeys por castigo. En el 14 se quedaba corto y la escapada mandaba su bola a Florida. No hacía approach y putt. En el 15 le castigaba una salida al rough, en el 16 fue de lío en lío para doble bogey y no logró ver la luz hasta el primer putt del hoyo 17. Sacó en este green un buen par con dos putts y acabó jugando un hoyo 18 muy bueno.
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Sea como fuere, la tarjeta de 77 golpes lo coloca muy en el límite. No le queda otra que jugar muy bien este viernes si quiere pasar el corte. Lo lógico, a la vista de la previsión, es que la criba se vaya como mínimo a +4, lo que obligaría al español a jugar bajo par. Veremos. La mejor noticia, y a la vez la paradoja, es que pese al tripateo, Sergio se ha mostrado muy fiable en los greenes, por lo que tiene capacidad de birdie. Hoy mismo lo ha demostrado. Eso sí, tendrá que pelear con una presión añadida. En caso de fallar el corte sería el sexto seguido en el PGA Championship, lo nunca visto en su carrera en un Grande. Además, serían once de trece en los últimos Grandes. El último que pasó fue en el Open de 2019.
