Adri Arnaus (PAR) ha rubricado una magnífica vuelta de 68 goples en la segunda jornada del PGA Championship y se ha colocado en la zona noble del segundo Grande de la temporada, bien incrustado entre los 25 mejores y mirando hacia arriba. Ha sido una ronda de golf espléndida con moraleja…
Arnaus siempre ha transmitido una enorme seguridad y confianza en sus posibilidad. Su mensaje jamás ha dejado de ser ambicioso. Da lo mismo de qué torneo se trate, el golfista de Moià cuando pincha la bola en el tee del 1 lo hace pensando en ganar. Esto ha sido siempre innegociable en su manual.
Pero claro, una cosa es que uno esté convencido de sus posibilidades y otra bien distinta es creérselo si no se ven los resultados. Arnaus siempre ha pensado y lo ha dicho en público que su objetivo es jugar en el PGA Tour y disputar los cuatro Grandes cada año. Es más, no sólo jugarlos, sino verse arriba los domingos peleando por las victorias. Rondas como la de hoy certifican esas convicciones y permiten subir varios escalones la confianza. Es como el certificado de calidad que te dan desde fuera.
El 68 de Arnaus de hoy en Southern Hills es su ronda más baja en un Grande. Hasta el momento era el 69 que hizo en la primera jornada del US Open de Pebble Beach, aunque aquello era un par 71. Hay otra diferencia a favor de lo que ha hecho hoy en Oklahoma: las condiciones aquel día en Pebble Beach fueron más sencillas. De hecho, con ese 69 hubo 15 jugadores que hicieron mejor resultado que él, mientras que hoy no han llegado a diez. Golpe sobre la mesa.
La vuelta de Adri este viernes ha sido de libro. Apenas se le han torcido tres hoyos, el 1, el 15 y el 17 y sólo en el 1 ha pagado peaje, curiosamente en el primero del día. Tanto el 15 como el 17 los ha salvado con dos putts muy buenos, hijos de la práctica intensa que hizo ayer en el putting green. Para cerrar ha puesto una guinda grandiosa, un birdie excepcional en el hoyo 18, aprovechando que habían adelantado hoy el tee ha pegado dos golpes espectaculares y la ha dejado a metro y medio. Broche de oro.
Arnaus mira hacia arriba en el PGA Championship, y no es un decir. El propio golfista español estaba ya buscando dónde iba a terminar el liderato para calcular lo que debía hacer para tener opciones el domingo de victoria. Que no deje de soñar y que no deje de ser ambicioso, ya que el tiempo, día a día, torneo a torneo, no hacen si no certificar el fabuloso potencial de este golfista.
