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PGA Championship 2022 | Crónica de la victoria de Justin Thomas

Justin Thomas exprime el drama de Mito Pereira

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Justin Thomas
Justin Thomas posa con el trofeo Wanamaker de campeón del PGA Championship.

La 104ª edición del PGA Championship pasará a la historia como la del segundo Grande de Justin Thomas, por supuesto, entre otras cosas porque este jugador, que sólo tiene 28 años, no lo olvidemos, parece destinado a conquistar cotas de leyenda. Pero es posible que se recuerde más por el terrible final que le ha tocado padecer a Guillermo Mito Pereira, que tuvo en su mano la victoria por dos veces en el esprint final del torneo y no pudo amarrarla.

Primero, en el hoyo 17, el emocionante par 4 corto de Southern Hills donde el joven chileno se había procurado una opción de birdie más que decente y dejaba la bola a dos centímetros de la gloria, casi asomada al hoyo, porque de haber embocado hubiera salido a jugar el temible 18 con dos golpes de ventaja.

Después, en el hoyo final, enviando la salida al agua por culpa de un ‘slice’ de lo más inoportuno. Tampoco es cuestión de escandalizarse. Hasta parece natural que un jugador que está disputando el segundo Grande de su carrera y se ve en tal situación, se acelere más de la cuenta. El caso es que el doble bogey hasta lo sacaba de un desempate en el que ya habían reservado plaza Justin Thomas y Will Zalatoris. Un episodio más en la historia dramática de este deporte que, a mayor o menor escala, no deja producirlos.

En el desempate, con un parcial intratable de dos menos en los hoyos 13, 17 y 18, los escogidos para el play off, Thomas laminaba las opciones de este tremendo Zalatoris, dicho o escrito el calificativo en el mejor de los sentidos, pues hay que ver cómo las gasta el rubio y enjuto californiano en las grandes citas (suma ya cinco top ten en ‘majors’ en apenas ocho apariciones, con dos segundos puestos entre ellos).

Pero habían pasado muchas cosas antes de alcanzar el desenlace. Y casi todas realmente emocionantes. Es cierto que en el arreón final, puestos a pedir, se echaba en falta algún nombre ilustre más, una vez que el  arrebatador arranque de Rory McIlroy (cuatro birdies por los primeros cinco hoyos) no encontraba luego la continuidad necesaria y el norirlandés dejaba a medias la remontada.

Pero al fin y al cabo no deja de ser una muestra más del signo de los tiempos en el golf mundial, en el que las estrellas parecen reproducirse por esporas y, desde luego, son legión los que llegan a los grandes circuitos sobradamente preparados para los grandes retos. Ahí estaba Mito Pereira, aguantando mal que bien las embestidas, a pesar de jugar sobre par el último día (el chileno, por cierto, tampoco había podido aprovechar un primer proyecto de ‘match ball’, cuando dispuso de un putt franco de eagle en el hoyo 13 después de jugar un hoyazo y no pudo embocarlo). Y Cameron Young (-4), que al igual que Zalatoris venía todo el día haciendo la goma, ahora me meto en la pelea, ahora me salgo; ahí andaba también, casi hasta el mismo final, Matthew Fitzpatrick (-3), cuya etiqueta de gran jugador está fuera de toda duda, pero que no termina de dar el salto al estamento superior, el de los ‘cracks’, probablemente porque a su golf, a su batería de recursos, tampoco se le puede pedir mucho más. Bastante los exprime.

Por delante de todos ellos venía Thomas, haciendo muy bien su trabajo por los segundos nueve hoyos del recorrido de Tulsa, cuando realmente, seamos honestos, él ya no aparecía en el radar (se subía al tee del hoyo 10 a seis golpes de la cabeza del torneo). Entonemos el ‘mea culpa’ quienes tengamos que hacerlo: era la segunda vez que ‘matábamos’ a Thomas en pocas horas, pues el sábado, una vez finalizada una jornada durísima de golf, nos habíamos apresurado a sacar al de Kentucky de la ecuación ganadora tras su vuelta de 74 golpes… No en vano salió hoy a siete golpes.

Pues bien, con los nervios y el vértigo desatados en los últimos partidos, todavía era él, Justin, quien iba a perdonar la vida al resto, después de jugar un fantástico hoyo 72 de torneo y no acertar a convertir el birdie desde tres metros. Antes, incluso, había errado otro más corto en el 15, también para birdie… Estos jugadores, claro, te perdonan una vez. Dos, no.

Finalmente, hasta tiene algo de justicia poética la victoria de Thomas, puesto que a él, como a otros tantos que sucumbieron por el camino, le había tocado jugar las dos primeras jornadas en el lado malo del cuadro. Y, como ya se explicó en su momento, no fue un ‘lado malo’ cualquiera, sino uno malo, malo, pero malo de verdad. Tiene por tanto aún más mérito su logro. Y menos mal que el muchacho anduvo perdido hasta el mismo miércoles por la tarde, huérfano de plan A por culpa de un swing al que no conseguía poner del todo en orden. El golf, que no hay quien lo entienda.

Resultados finales del PGA Championship 2022